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“Llegué a pagar pensión de alimentos de mis amigos”: Kike Acuña recordó cómo gastaba su dinero en su época de futbolista

“Llegué a pagar 2 millones 800 por una cuenta de almuerzo”, contó el exfutbolista.

Kike Acuña | Gentileza: Chilevisión
Kike Acuña Gentileza: Chilevisión

La noche de este pasado viernes, el exfutbolista Kike Acuña llegó al estudio de “Podemos Hablar” para conversar con la animadora Diana Bolocco. Esta entrevista llega después del lanzamiento de su libro, “Mi historia”, en donde relató su vida, en donde existen oscuros pasajes ligados a los excesos.

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El jugador recordó que salió de fiesta durante 364 días seguidos en un año, y ante la interrogante de qué hizo el día 365, dijo que “carreteé igual, pero en el departamento, no salí. Carreteaba día y noche, una mesa de 30 personas, gasté mucho dinero. Llegué a pagar 2 millones 800 por una cuenta de almuerzo”.

De igual forma, Acuña contó que incluso le regaló 7 casas a amigos, quienes terminaron por darle la espalda. “Llegué a pagar pensión de alimentos de amigos para que pudieran ver a sus hijos”, reveló.

El recuerdo de una noche de desenfreno

Si es que el alcohol ocupó un rol importante en estos actos, Acuña destacó que “el responsable siempre fui yo, a mí nadie me puso una pistola en la cabeza para pagar una cuenta, para invitar a mis amigos, para salir todos los días”.

“Sin duda cuando ya el alcohol se empezó a transformar en un problema se me escapó de las manos y no sabía cómo poder frenarlo. Yo abusé mucho de mi capacidad física para poder salir y después ir a entrenar”, añadió.

Uno de los episodios de desenfreno tuvo consecuencias hasta el día de hoy, esto debido a que terminó con un tatuaje de una popular caricatura en cada uno de sus muslos.

“Yo hasta hace 2 años atrás no tenía idea qué eran los Minions. Yo mandé a llamar a un amigo para que viajara de Rancagua al Salvador. Esto cuando yo jugaba en Cobresal (2015-2016) para que me tatuara a mí y al resto del equipo”, recordó.

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“Llega a mi casa, nos juntamos los compañeros de equipo y él nos tatuaba” y agregó que “en ese carrete despierto al día siguiente con esas dos cosas en las piernas, uno en cada lado, y no tenía idea de lo que era, no sabía nada, pero estaban en mis muslos al día siguiente”.

“Pero eso no es todo, yo pesqué la maquinita y tatué a un compañero en el ombligo, al Pablo ´Mota´ González le tatué el ombligo”, cerró Kike Acuña.

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