A 14 años del accidente aéreo de Juan Fernández, que cobró la vida del animador Felipe Camiroaga, su expareja Fernanda Hansen reapareció en televisión y fue consultada sobre el recuerdo que guarda del querido conductor de TVN.
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La periodista participó este miércoles en el programa de Pedro Engel en TV+, donde se abordaban temas relacionados con los ideales y la espiritualidad. En ese contexto, Hansen reflexionó: “Somos energía, y, por supuesto, la energía no sé a dónde va, ni cómo se transmuta, pero quizás crea en la reencarnación como una posibilidad de volver, pero quizás no, tampoco puedo tener certezas. Pero eso que existe, que es intangible, ¿dónde queda? En alguna parte queda”, según recogió Página 7.
En ese momento, Engel aprovechó para recordar al fallecido animador: “La gente que te está viendo recuerda que hace 14 años fue el accidente de Felipe. Puede decir lo que le brote del corazón”, expresó el astrólogo.
Hansen visiblemente emocionada, respondió: “Presente para Chile, para todo Chile… Presencia, amor, compasión, espontaneidad, alegría, entrega”.
Ante la insistencia del conductor, que le preguntó qué significaba para ella personalmente, la periodista se mostró más reservada: “Muchas cosas (…) Sabes lo que me pasa, yo hoy no trato de hablar del Feli porque de verdad lo siento profundamente, pero tengo una hija, tengo un marido y ese es mi presente”.
Engel no se quedó allí y continuó: “Sí, por eso te digo, Felipe Camiroaga hoy día, una palabra”. “Chile”, zanjó la comunicadora.
En la conversación, la expanelista de Buenos Días a Todos también se refirió a su vida actual, alejada de la pantalla chica y con un enfoque en el bienestar personal. “Le tengo fe al mundo, sobre todo desde que no veo noticias. Intento consumir lo que hace bien, leo porque es importante, algunas cosas, estoy informada”, señaló.
Asimismo, compartió una reflexión sobre la importancia de cuidar el entorno cercano: “Intento hacer lo que puedo desde donde estoy, pero también he entendido que la compasión se parte por casa y ahí uno va ampliando, porque, ¿de qué sirve hacer un voluntariado en una fundación si le llegas a gritar a tu familia?”, concluyó.