La noche de este viernes, el comediante Don Carter arribará al set del estelar de conversación de Chilevisión, “Podemos Hablar”. A este espacio llega después de una triste pérdida: el fallecimiento de su querida esposa, Marta Pinto, el pasado 14 de agosto.
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“Ha sido tremendamente difícil... O sea, la primera noche atroz porque fue realmente sorpresivo, yo me había proyectado mucho tiempo más”, comentó el actor de nombre Juan Alcayaga.
Sobre la enfermedad que aquejaba a Piru, señaló que “a ella le habían diagnosticado un deterioro cognitivo, pero era absolutamente autovalente. Estaba súper bien y yo realmente me preparaba para el minuto en que ella no me conociera y me dijera ‘¿quién es usted?’, pero eso lo veía tan lejano”.
El triste día del deceso de su esposa
El comediante recordó aquel día de agosto cuando su amada partió. Durante la madrugada, notó que ella no se sentía bien, por lo que llamó a su productor para avisarle que no podría realizar el show agendado con el Profesor Rossa, por lo que se contactó con Álvaro Salas para reemplazarlo en el Sporting de Viña del Mar.
“Esa noche me quedé en mi casa y como a las 4 de la mañana se quejaba mucho. Yo le tenía tomadas las manos, le costaba mucho respirar y después empezó a hablar cosas incoherentes y al ratito se quedó tranquila y yo dije se quedó dormida. Nos quedamos tomados de la mano y no la quise soltar para no despertarla, y dormido seguramente la solté y me di vuelta hacia mi lado”, relató.
A las 8 AM su productor lo llama para verificar el estado de salud de su esposa, él dijo que estaba durmiendo y no la quería despertar, pero en 15 minutos tenía que darle sus medicamentos.
“Como a las 8:15 voy a darle los remedios y no me contestaba. Entonces, dejé en el velador las cosas, le tomé la mano y estaba heladísima y ya su manito dura. La agarré, una huea espantosa, y me volví loco. Corría por el departamento y no sabía qué hacer. Yo no quería aceptar que estaba muerta”, recordó.
Finalmente, Don Carter confesó cómo ha sido su vida después del fallecimiento de Marta. “Yo llego a mi casa y todo está impregnado de la Piru, miro nuestro velador, la cama es más ancha”, cerró.