Cuando el mundo más la necesitaba, desapareció... y ahora vuelve en gloria y majestad. Mega sorprendió a todos tras anunciar el regreso de una de las figuras ícono de los programas juveniles, quien va a formar parte del reality show, “El Internado”: Natalia “Arenita” Rodríguez.
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Quien una vez fue la figura más importante del difunto programa “Yingo” de Chilevisión, y era conocida como “La Reina de los Pokemones”, ha estado casi diez años alejada de la televisión chilena. Ella conoció a su actual esposo, Jens Bach, y se fue a vivir a Dinamarca, donde actualmente reside y comparten una pequeña hija, Rosa.
Ahora es una de las participantes confirmadas para el reality show, y promete dar de qué hablar en su esperado retorno a las pantallas chilenas. Uno de los motivos que tiene Rodríguez para volver es “reconectar de manera auténtica con la audiencia y consolidarme como un referente que pueda inspirar y liderar conversaciones”.
Esto sigue la tónica de su última publicación de Instagram, en donde le dio a conocer a sus seguidores que se está reconectando y reconciliando con el personaje de Arenita y esa etapa de su vida.
“No les voy a mentir, no ha sido fácil. Muchas veces me dolía ver videos donde aparezco tan expuesta, humillada y sufriendo. Pero después de mucha terapia, introspección y de aprender a mirarme con compasión, más que con pena, hoy puedo volver a querer a esa Arenita que me dio tanto, a pesar de todo”, reflexionó.
“Porque al final, todas las decisiones que tomamos nos traen hasta aquí. Y yo sé que sin Arenita no estaría en el lugar en el que estoy ahora. Ella nunca se rindió, soñó en grande, se defendió una y mil veces, se equivocó y se quebró… pero siempre siguió de pie, aunque fuera delante de todos. Hoy elijo abrazar a esa parte de mí, no con cringe, sino con gratitud", agregó.
Las declaraciones de Arenita antes del reality
Al definirse ante la señal que alberga el reality de cocina, Arenita se definió como una persona “leal, empática, colaboradora. Soy transparente también, y soy de una sola línea. Sin dobles caretas. O es blanco o es negro conmigo. O te amo o te odio. O te paso o no te paso. Soy directa también. Voy con una mente abierta y la humildad suficiente como para aprender cosas nuevas”.
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Asimismo, ella fue honesta con sus debilidades, y dijo que era “enojona, especialmente cuando tengo sueño (...) Me molestaría mucho que no respeten mi espacio y mis cosas. Ahí me bajaría el Chucky”
A esto le agregó que “no tolero bien los malos olores ni la falta de higiene, especialmente en la cocina. Por ejemplo, que venga una persona y corte con un cuchillo la carne y con el mismo cuchillo los vegetales, me daría mucho asco”.
En esa misma línea, Natalia Rodríguez espera que los competidores que no saben mucho de cocina aprendan con anterioridad a la competencia, “para que no dejen al resto de los participantes la responsabilidad de alimentarlos. Ahí yo creo que todos vamos a tener que cooperar por igual, porque de lo contrario obviamente va a haber roces”.