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“Es lamentablemente silenciosa”: Jordi Castell se sinceró sobre la andropausia y recordó cuando sintió el peso de su edad

El fotógrafo aseguró que sabe el momento exacto en el que sintió que “le llegó la vejez” a sus 58 años de edad.

Jordi Castell | Fuente: Instagram @jordicastell
Jordi Castell Fuente: Instagram @jordicastell

Durante la noche de este viernes, uno de los invitados que llegó a “Podemos Hablar” fue el fotógrafo y panelista de “Tal Cual”, Jordi Castell. Él habló sin tapujos sobre su vida personal, especialmente lo que significa estar rozando su sexta década de vida.

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Jordi sorprendió al contar que sabe exactamente el día y la hora en que le llegó la vejez a sus 58 años. “Me di cuenta de que era la primera vez que yo no podía seguir en un lugar, que es algo muy vergonzoso. Un lugar con música muy fuerte. Estoy sordo. Me estoy quedando sordo. Estoy viejo. Estoy sordo”, contó.

La anécdota ocurrió en Miami, en plena celebración de cumpleaños. “Recuerdo que entré y dije: ‘no, me quedé sordo, no puede ser’. La noche de mi cumpleaños, era la 1:20 am, te lo juro por mis seis animales que tengo, eran la 1:20 am y de repente dije: ‘no tengo nada que seguir haciendo acá’. No tengo ganas de bailar, estoy sordo. Me empecé a poner de mal humor… Yo sé que a ustedes cuando les viene la menopausia, les vienen los bochornos…”

La andropausia

Por esto mismo, él introdujo el tema de la andropausia. “Pues déjame decirte una cosa que es mucho más ingrata, pero silenciosa: se llama andropausia. Esto es lo que nos pasa a los hombres, no te das cuenta, pero empieza la baja de testosterona y es lamentablemente silenciosa. Más sensible, más irritable… No se nota el Jordito. No se nota el Jordito. Ahora el Jordito está invicto”.


Además, el fotógrafo reveló que se sometió a un examen epigenético dentro de su tratamiento de sueroterapia, convencido de que puede llegar a ser longevo. “Me quedan 30 años prácticamente. 35 años creo yo”, señaló.

Asimismo, habló de su reciente implante de pelo, con el que recuperó las entradas de juventud, y de la blefaroplastia, que describió con naturalidad: “Sacarse la parte superior del párpado que básicamente te cortan todo lo que sobra. Y volvemos al tema del viejazo: todo se cae, todo se cae.”

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