¿Cómo se vería un influencer en el año 2050 si continúa con el ritmo actual de vida frente a las pantallas? Un estudio reciente presenta a “Ava”, un avatar que representa los efectos físicos y emocionales que dejaría la obsesión por crear contenido, mantener una imagen perfecta y pasar largas horas conectados.
PUBLICIDAD
Puede leer: Así fue la captura de ‘Pequeño J’: el señalado perpetrador de un triple feminicidio
Según los investigadores, Ava muestra una versión futurista pero realista de los daños acumulados por la sobreexposición tecnológica y el estrés constante del mundo digital.
Piel envejecida y daños por la luz azul
Uno de los signos más visibles es la piel irregular, seca y envejecida. La exposición prolongada a la luz azul de las pantallas, el uso excesivo de maquillaje y los constantes cambios de productos cosméticos provocan aceleración del envejecimiento cutáneo, manchas y arrugas prematuras.
Los expertos advierten que, si no se adoptan medidas de protección, estos efectos podrían volverse irreversibles en las próximas décadas.
Postura encorvada y síndrome de los hombros caídos
El estudio también alerta sobre la aparición del “síndrome de los hombros caídos”, causado por pasar horas encorvado frente al celular o la computadora. Esta postura forzada genera problemas cervicales crónicos, dolores de espalda y rigidez muscular, afectando la calidad de vida y el rendimiento físico.
Ojos cansados y visión borrosa: el precio de la edición constante
Los problemas oculares son otro de los síntomas del exceso digital. Ava presenta ojos rojos, bolsas bajo los párpados y visión borrosa, producto de las largas jornadas editando contenido o transmitiendo en vivo. Los especialistas recomiendan pausas visuales y revisiones oftalmológicas regulares para prevenir daños permanentes.
PUBLICIDAD


Cirugías extremas y “síndrome de sobrellenado”
La presión por lucir siempre joven en redes ha llevado a muchos creadores a someterse a múltiples procedimientos estéticos. El estudio revela que Ava muestra signos del “síndrome de sobrellenado”, resultado del abuso de rellenos faciales y cirugías estéticas que terminan desfigurando los rasgos naturales.
Además, sufre alopecia por tracción, un tipo de pérdida de cabello causada por extensiones pesadas o peinados ajustados.
Estrés, insomnio y caída del cabello
Más allá de la apariencia, los expertos advierten que el estrés digital es uno de los mayores enemigos. La presión por mantenerse vigente, los horarios irregulares y la falta de descanso provocan trastornos del sueño, inflamación, caída del cabello y debilitamiento del sistema inmunológico.
Un llamado urgente a cambiar los hábitos digitales
Aunque Ava es una proyección futurista, los investigadores aseguran que muchos influencers ya están experimentando estos efectos hoy. La necesidad de estar siempre conectados y la búsqueda constante de aprobación en redes están pasando factura a la salud física y emocional.
El estudio invita a replantear la relación con la tecnología, establecer rutinas de descanso, limitar el tiempo frente a las pantallas y acudir a chequeos médicos preventivos.