El actor Cristián Campos junto a su esposa, la también actriz María José Prieto, se sentaron en el programa de Mega, “Only Fama” para una extensa entrevista. Ellos hablaron sobre el proceso legal que marcó sus vidas: la querella por abuso sexual que fue presentada en contra de Campos por su exhijastra, Raffaella di Girolamo, hechos que habrían ocurrido cuando era adolescente.
Finalmente, en agosto la Corte de Apelaciones sobreseyó al actor por prescripción, además se indicó que no pudieron comprobar la participación de Campos en los hechos denunciados. La parte querellante presentó un recurso de queja, el cual terminó siendo rechazado por la Corte Suprema en septiembre de este año, y ratificó lo fallado anteriormente.
Dentro de este juicio, los hijos del actor y su expareja, Claudia di Girolamo, Pedro y Antonio Campos, se alinearon con su hermanastra. Esto provocó un público quiebre entre ellos, incluso declararon en contra de su padre. Por su parte, Antonio desclasificó presuntas conductas sexuales de su padre que ocasionaron un trauma en él.
No hay posibilidad de una pronta reconciliación
El animador José Antonio Neme le consultó si después del fallo a su favor, pensó en llamar a sus hijos o intentar tener una conversación. “No depende de mí. Yo siempre fui un papá muy militante, fanático y sobre protector. Estuve con todas las pilas del mundo”, comenzó.
“Cuando esto ocurrió, ellos cortaron conmigo y yo di una última oportunidad. Me comuniqué con ellos hace un año (...) Yo les di la oportunidad, le dije que podían pensar lo que quieran, son gente grande, pueden dejarse engañar y manipular cómo quieran. Pero, su hermana chica no tiene que pagar ninguna culpa por lo que creen que yo pude haber hecho. Sean hombrecitos y háganse cargo de ella”.
“Esa fue la última comunicación que yo tuve y ellos no contestaron esa comunicación. Ahí se me cortó el elástico y no voy a estar tomando cafecito ni invitando a almorzar. Ellos tomaron una decisión que parece irreversible”, continuó.
Campos reconoció que no está dispuesto en un futuro cercano a juntarse con sus hijos para conversar. “A mí se me tiene que pasar la rabia, y se demora pasar una rabia como esa. Una decepción porque es rabia con tristeza. No es tan fácil y el daño está hecho. No puedo aceptar que le hayan hecho eso a mi hija”, cerró.