En el programa “Plan Perfecto”, la actriz Pancha Merino relató el caso de acoso sexual que habría vivido a manos de un reconocido director televisivo, Sergio Riesenberg, cuando era menor de edad.
Esto propició una conversación en el espacio de Chilevisión, en donde se comentó que también hay hombres que son víctimas de acoso, pero en menor medida, quienes deciden no alzar la voz por vergüenza.
Esto motivó al periodista Pablo Candia a contar su historia, la cual volvió a relatar en el último capítulo de su podcast, “Quién es 1″, tras ser consultado por su invitada Claudia Schmitd. Ella destacó la importancia del testimonio de su excompañero de “Zona de estrellas” para muchas personas en su casa.
Pablo partió comentando que decidió compartir su historia por “los hombres que han pasado por esto y no lo dicen por vergüenza, le bajan el perfil, pero no. Así como una mujer se siente vulnerada, el hombre también se siente igual. En ese momento, yo le bajé el perfil”.
El relato de Pablo Candia
Al contar su historia, el periodista recordó que esto sucedió en una fiesta después del trabajo cuando era miembro del matinal de TVN, “Buenos días a todos” en 2017 y tenía 25 años. “Estábamos todos carreteando en un bar, pasándolo muy bien, casi todo el equipo de producción. Llegó la hora de irse y dejar a algunos personajes a sus casas”, recordó.
Él se ofreció para llevar a tres personas a sus casas, y cuando se quedó solo con el co-piloto, la situación cambió. “De un momento a otro, me empieza a abrazar, se acerca a mí. Yo iba manejando, nunca paré
“Me empieza a abrazar, a toquetear la espalda, y como ‘conchatum***, ¿qué hago ahora?’. Yo no hice nada, ni siquiera (le dije) ‘saca la mano, ¿qué onda?’, nada. No supe reaccionar, seguí como si no hubiese pasado nada y su mano seguía bajando, llegó hasta la cintura. Intentó meterme la mano (por debajo del pantalón), yo me acomodé, él también y volvió a su lugar", relató.
En ese momento, él no sabía qué más hacer considerando que faltaban alrededor de cuatro cuadras para llegar al hogar del sujeto, sin embargo siguió manejando. “Acto seguido, él vuelve y me pone la mano aquí (en la entrepierna), la empieza a subir sin hablar nada. Yo estaba petrificado, yo iba manejando y no tenía cómo defenderme, quedé en shock”.
En su mente pesaba el hecho que recién se venía integrando al matinal, que era su primer trabajo, y el individuo tenía una larga trayectoria. Además, de que era un hombre casado y con hijos, quien sigue en el canal.
Una vez que llegaron al departamento, él lo invitó a pasar, pero Pablo se negó. Inmediatamente, llamó a Gino Costa para contarle lo sucedido. Posteriormente, se encontraba en el canal con el sujeto, con quien no trabajaba directamente. El hombre lo saludaba normalmente como si nada hubiese pasado.
A modo de reflexión, Pablo continuó diciendo que “yo tenía 25 y no hice nada. Quedé petrificado y le bajé el perfil, pero no hay que bajarle el perfil. Hay que hablarlo, comunicarlo, no hay que callarlo, no hay que avergonzarse tampoco, y por eso lo conté”.