La reaparición de Iván Torres en televisión encendió una alarma de salud pública. El querido meteorólogo contó, con brutal honestidad, que llegó “inconsciente” a la clínica después de ignorar durante semanas un dolor en la espalda. Lo que parecía un cálculo renal terminó convirtiéndose en una septicemia multiorgánica, una de las emergencias médicas más peligrosas que existen.
El testimonio impactó: “No tuve fiebre, solo transpiraba mucho. Me querían hasta intubar”, dijo al aire.
¿Qué significa septicemia multiorgánica?
La septicemia ocurre cuando una infección ingresa a la sangre y desencadena una reacción inflamatoria muy intensa. El cuerpo empieza a “pelear” de forma descontrolada contra esa infección, dañando tejidos y órganos sanos. Cuando esa reacción compromete varios órganos al mismo tiempo —riñón, pulmones, hígado, corazón— se llama septicemia multiorgánica.
Este tipo de cuadro es grave porque puede avanzar muy rápido y poner en riesgo la vida en pocas horas.
Los síntomas pueden ser engañosos
A diferencia de otras infecciones, la septicemia no siempre presenta fiebre. En el caso de Iván Torres, el único signo claro era una sudoración intensa y un dolor leve en la espalda que atribuía a cansancio o a un “disco gastado”.
La alta tolerancia al dolor fue un factor decisivo: al aguantarlo por mucho tiempo, la infección se extendió sin que él lo notara.
Los médicos explican que también pueden aparecer otros signos como confusión, respiración acelerada, presión baja o sensación de agotamiento extremo.
¿Qué la causa?
En la mayoría de los casos, la septicemia grave se origina cuando una infección localizada —por ejemplo, en el riñón, en las vías urinarias o en una herida— se propaga al torrente sanguíneo. Si no se detecta a tiempo, la respuesta del cuerpo puede llevar al fallo de múltiples órganos.
En el testimonio televisivo, Iván Torres reveló que tenía siete cálculos renales que provocaron una infección severa dentro del riñón.
¿Cómo se trata?
La septicemia multiorgánica necesita tratamiento de forma urgente en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Normalmente se emplean antibióticos de amplio espectro, líquidos intravenosos, monitoreo constante y soporte para los órganos afectados.
En el caso del meteorólogo, estuvo ocho días internado antes de poder ser operado. Los especialistas tuvieron que estabilizarlo antes de intervenir el riñón, extraer cálculos y colocar un catéter.
La lección detrás del susto
El mensaje que dejó Iván Torres es simple: no ignorar el dolor. Consultar al médico por síntomas pequeños puede evitar una emergencia. La septicemia multiorgánica es un recordatorio de que el cuerpo puede avisar sin hacer ruido.
“Soy tolerante al dolor y eso casi me mata”, resumió.