A más de cuatro décadas de su recordada visita al Festival de Viña del Mar, el exbaterista de The Police, Stewart Copeland, reflexionó sobre la controversia que marcó el paso de la banda británica por Chile en 1982. En conversación con La Tercera, el músico no solo revivió su experiencia en el país, sino que también pidió disculpas por el comportamiento que calificó como “una estupidez”.
Copeland se encuentra en Chile para preparar su concierto del próximo 15 de diciembre en el Teatro Municipal de Santiago, y fue en ese contexto donde recordó con claridad su primera visita al país. “Recuerdo todo muy vívidamente”, señaló, antes de referirse directamente al polémico episodio que aún permanece en la memoria colectiva de muchos fanáticos.
El músico relató la escena ocurrida en la conferencia de prensa en el aeropuerto, donde The Police se encontró con tres banderas: la estadounidense, la británica y la chilena. “Con nuestra actitud punk rock, las destrozamos todas. No nos interesaba eso, lo que estaba bien para la bandera estadounidense y la inglesa, pero no para la chilena, que no merecía ser maltratada ni que le faltáramos el respeto”, afirmó.
En ese sentido, reconoció que hoy comprende el impacto que ese gesto tuvo en el público local. “Ese fue nuestro error, y me disculpo 40 años después por esa estupidez que hicimos en Viña. Eso molestó a la gente, y ahora entiendo por qué”, agregó.
Copeland también abordó otro episodio que acrecentó la tensión con la audiencia viñamarina: la petición de Sting de cambiar o desinfectar el micrófono que usaría, debido a que una cantante chilena que se había presentado antes padecía un fuerte resfriado. Según el baterista, esto fue interpretado como un gesto grosero hacia una figura querida de la música local.
“Éramos simplemente rockeros sin pensar y ese fue un error que cometimos. Antes de nuestro concierto había una cantante femenina que era muy buena y se decía tras bambalinas que tenía un fuerte resfriado, entonces Sting pidió un micrófono diferente, ya sabes que cuando un cantante canta, lo babea por todas partes, entonces esta petición de que se desinfectara el micrófono o se usara uno diferente, se convirtió en un insulto gigantesco para la niña mimada de la música pop chilena, y la gente se molestó por eso. Una vez más fue nuestro error”, reflexionó el artista.

