En una conversación cargada de nostalgia y sinceridad, Nacho Gutiérrez abrió su intimidad en La Última Palabra, el programa dominical de Not TV que se ha transformado en un espacio para relatos profundos y poco habituales en la televisión chilena. Allí, el animador reveló una historia casi desconocida: su primer encuentro con el fallecido Felipe Camiroaga mucho antes de que el país lo conociera como el “Halcón de Chicureo”.
Según contó, su vínculo con el querido conductor comenzó en un escenario completamente cotidiano. Felipe era compañero de colegio de sus primas y llegó a la familia al iniciar un romance con una de ellas. Así comenzó a frecuentar los veranos en Constitución, ciudad natal de Gutiérrez, en tiempos previos a cualquier aparición televisiva.
“Él se puso a pololear con una prima mía, pero antes de que fuera a trabajar en la tele”, recordó. Nacho añadió: “Ahí conocí a Felipe. Pasaba sus veranos en Constitución con la Sole y otros amigos. No era conocido, pero ya era un personaje”.
El carisma que ya estaba ahí
Para Gutiérrez, las cualidades que luego harían de Camiroaga uno de los animadores más queridos del país estaban presentes desde siempre. Lo describió como un joven “alto, simpático, encantador”, alguien cuya presencia destacaba de manera natural dentro del grupo.
“Felipe como persona ya destacaba. Tenía algo especial”, señaló, destacando que su magnetismo no fue una construcción mediática, sino una característica profundamente genuina.
Aunque la relación entre Camiroaga y su prima no perduró, el animador destacó que los lazos humanos sí lo hicieron. “Fue un poco tragedia al principio, pero después se sanó todo. Se hicieron muy buenos amigos”, relató.
Complicidad con Pamela Díaz
La entrevista también dio espacio a su estrecha relación con Pamela Díaz, su compañera en Hay que Decirlo. En un juego de elección entre varias figuras televisivas, Nacho no dudó en escoger a “La Fiera”, con quien mantiene una comunicación constante y un compromiso afectivo profundo.
“Con la Pamela nos mandamos veinte mensajes al día, nos elegimos veinte veces al día”, comentó. Más aún, destacó la lealtad entre ambos: “Tengo la certeza de que queremos que al otro le vaya bien en la vida. Yo quiero que ella sea muy feliz y ella ha aportado mucho a mi felicidad”.
Para Gutiérrez, Díaz ha sido fundamental en su proceso de asumir la autenticidad al aire. “Ella me conectó con algo que es mágico: la imperfección, el ser uno mismo al aire”, reflexionó, recordando varios momentos vividos juntos en televisión y grandes escenarios como el Festival de Talca.

