Poco después de que los primeros cómputos del Servel comenzaran a proyectar la victoria de José Antonio Kast en la segunda vuelta presidencial del 14 de diciembre, Emilia Dides subió una historia a Instagram con un mensaje corto pero explosivo: “Hoy es Chile”
La publicación duró poco tiempo antes de ser eliminada, pero fue suficiente para que capturas circularan rápidamente en redes sociales. Para muchos usuarios, la frase fue interpretada como una celebración del triunfo de Kast y una señal de apoyo implícito a la derecha.
Críticas, funas y ataques personales
La reacción no tardó. Desde sectores de izquierda surgieron duras críticas hacia la ex Miss Chile 2024, a quien algunos calificaron de “facha” y “cobarde” por borrar la historia. El tono de los comentarios escaló rápidamente, mezclando cuestionamientos políticos con ataques personales, en un ambiente ya cargado por la polarización post-electoral.
El episodio volvió a mostrar cómo, en Chile, una figura pública puede quedar en el centro de una controversia política incluso sin emitir una postura explícita.
La aclaración de Emilia
Ante la ola de reacciones, Emilia Dides respondió en comentarios para aclarar el sentido de su publicación. Su explicación fue directa y buscó bajar el tono del conflicto:
“Solo puse que ‘hoy es Chile’ porque son las elecciones jajaja, no me refería a nada más. Nunca publico nada de política en redes sociales por esto mismo”.
La aclaración, sin embargo, no logró frenar del todo el debate ni las interpretaciones cruzadas.
El límite que se cruzó: los ataques contra el embarazo de Emilia Dides
Según múltiples reportes de usuarios, algunos comentarios no solo la insultaron como “facha” o “republicana encubierta”, sino que apuntaron directamente a su embarazo, deseándole que perdiera a su bebé o insinuando que debía abortar.
Estos mensajes, aunque provienen de una minoría radical o de trolls, se viralizaron rápidamente, amplificando el daño y exponiendo el nivel de toxicidad que puede alcanzar la discusión política en redes sociales.
La gravedad de los ataques generó una reacción transversal. Usuarios de derecha, centro e incluso de izquierda condenaron el acoso, señalando una contradicción evidente entre los discursos de tolerancia y la violencia ejercida contra una mujer embarazada.
Uno de los argumentos más repetidos fue que el ataque resultaba especialmente irónico, considerando que las posiciones antiaborto suelen asociarse a la derecha, mientras que aquí se usaba el embarazo como arma de castigo político.
Hasta ahora, Emilia Dides no se ha referido públicamente a los ataques más violentos. Su única declaración conocida sigue siendo la aclaración inicial

