Ricardo Meruane volvió a poner su nombre en el centro del debate festivalero con una frase breve, directa y cargada de historia. En una entrevista radial reciente, el comediante fue consultado sobre la posibilidad de regresar al Festival de Viña del Mar, escenario que marcó algunos de los episodios más complejos de su carrera. Su respuesta fue tajante: “obviamente que sí”.
La declaración no pasó desapercibida. Viña no es un escenario cualquiera y Meruane lo sabe mejor que muchos. En sus dos presentaciones anteriores, el humorista enfrentó la dureza del público y el peso simbólico del llamado “monstruo”, una experiencia que suele quedar grabada tanto en la memoria colectiva como en la trayectoria de quienes la viven.
Ricardo Meruane y su relación con el Festival de Viña
Durante años, el nombre de Meruane quedó asociado a uno de los fracasos más recordados del certamen. Sin embargo, hoy el propio comediante intenta cambiar ese relato. Lejos de la victimización, abordó el tema desde la autocrítica y la experiencia acumulada tras décadas en el oficio del humor.
Explicó que dedicarse a la comedia implica actualización constante, ensayo, errores y asumir que el escenario es un espacio de riesgo permanente. Para graficarlo, utilizó una comparación futbolera: un director técnico que pierde tres Copas del Mundo no deja de entrenar. El mensaje fue claro: equivocarse no significa quedar fuera para siempre.
El “monstruo” de Viña y el debate sobre las segundas oportunidades
La frase “obviamente que sí” funciona también como una provocación directa al debate eterno del Festival de Viña: ¿existen las segundas oportunidades frente al monstruo o el público no perdona? Tras la publicación de sus declaraciones, redes sociales y espacios de opinión volvieron a dividirse entre quienes creen que el tiempo permite revancha y quienes consideran que ciertas caídas son definitivas.

