Las orquídeas están entre las plantas más requeridas hoy, pero también entre las que generan mayor frustración entre sus fanáticos. Cuando florecen se ven bellas. Sus flores muestran colores y combinaciones de colores que maravillan, pero para llegar a esto y que se repita es muy difícil.
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Según Carla Ramírez, de @orquideaslareina, muchas veces las y los dueños de orquídeas exageran en el cariño y atención que les brindan. “Es lo que llamo, ‘exceso de amor’”, insiste esta emprendedora que además comparte esta pasión por las Orchidaceae con la medicina.
“Les gustan tanto que las miran, las riegan a cada rato, las cambian de lugar pensando que ese o este u otro lugar de la casa es mejor. Y si no florecen, las vuelve a regar, cambiar de lugar o de macetero, pero sin saber cómo hacerlo. A eso es a lo que llamo exceso de amor”, explica Carla a Esfuerzo Pyme y Publimetro.
Complicaciones
- Pero es una planta complicada.
- Sí, pero hay también mucho de no saber cuidarlas. De lo que te explicaba: exceso de amor. Sí, hay que cuidarlas, pero hay que saber hacerlo, aprender como se hace: necesitan luz, pero no sol directo, estar donde no haya cambios bruscos de temperatura, hay que recordar que son tropicales, estar bien fertilizadas con su musgo y no regarse a cada momento. Yo lo hago cada tres semanas.
Entendiendo que la orquídea es una planta que hay que saber cuidar, Carla enseña a sus clientes cómo hacerlo: “Les doy consejos e indicaciones. Si tienen dudas, les aclaro lo más posible los pasos a seguir e incluso me han traído orquídeas a mi casa y yo se las rescato, dentro de lo posible”.
- De todo lo que me hablaste, ¿ cuál crees que es el mayor error que se comete con las orquídeas?
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- El exceso de riego y el lugar donde las ubican. Yo las tengo en un lugar fresco, que les llega el sol, pero por la cortina que hay ahí le llega lo justo y necesario. No hay corrientes, y es fresco en la noche.
Con 35 orquídeas
@orquideaslareina lleva algo más de un año como emprendimiento y el espíritu que lo mueve es que cada persona que quiera una orquídea “se vaya feliz y satisfecha con ella”, asegura Carla. Es por eso por lo que se preocupa tanto “que la gente entienda el cuidado y que yo puedo ayudarlos con eso, obviamente dentro de mis tiempos. Lo mismo con los pedidos. Es por eso creo que me ha hecho conocida, con el boca a boca y sabiendo que me hago responsable por lo que vendo”, aclara.
- ¿Cómo llegaste a vender orquídeas?
- Fue en medio de la pandemia. Estaba embarazada. Por ser médico se consideró un embarazo de riesgo y me enviaron a la casa. Fue ahí que comencé a aprender de las orquídeas para entretenerme. Luego vino el pre y post natal. Fue en ese lapso que, en un viaje al sur, entré a un invernadero compré 35. Al llegar a Santiago y al ofrecerlas, las vendí en un día.
- Buen impulso.
- Me sirvió, pero esto no lo hacía como un emprendimiento propiamente tal, incluso ahora comparte tiempo con mi trabajo habitual. Me dedico a las orquídeas en mis ratos libres y hago entregas dentro de mis tiempos. Tal vez me demoro en contestar por Instagram, pero siempre lo hago y cada persona que se comunica me preocupo que se vaya feliz con su orquídea.
- ¿Vendes sólo por Instagram?
- Por ahí hago el contacto y subo las orquídeas que tengo disponibles. Vamos conversando por esta red con el cliente hasta llegar a la orquídea que le gusta. No tengo un catálogo de plantas, porque hay veces que no tengo de todas.
- ¿Qué te ha enseñado esto de ser emprendedora?
- A la medicina y las orquídeas les pongo todo el corazón. La medicina es mi trabajo, y me enseña día a día; con mi emprendimiento aprendí, y lo digo como consejo, que si alguien quiere hacer algo, puede hacerlo. Siempre hay áreas que requieren alguien que esté ahí, es cosa de buscar y dedicarse.