Elizabeth Rodríguez personaliza maceteros a través de @emipintamonos. Con pintura látex y sellante le pone ese toque que lo hace especial para una persona determinada. Sus productos estrella: maceteros con Merlina, Betty, La Fea y la Mujer Maravilla.
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“También me han mandado fotos para que pinte a integrantes de la familia en los maceteros. Nunca pensé que me iba a ir tan bien con esto, aún estoy sorprendida”, comenta al inicio de la conversación con Esfuerzo Pyme y Publimetro.
“Y pensar que yo no me pinto ni las uñas y terminé en esto”, continúa con voz emocionada. Pronta a cumplir un año de su emprendimiento “me sorprende todo lo que he logrado y todavía cada vez que debo hacer un envío, me pongo tan o más nerviosa que la primera vez”, agrega.
Lagartijas
Elizabeth era parte de inventario de un colegio. Desde que egresó de secretariado, trabajó en ese establecimiento educacional.
“Empecé a trabajar ahí a los 18. Estuve 18 años. El 2019, me despidieron. Por suerte encontré pega relativamente rápido, pero vino todo lo del COVID y, nuevamente, sin trabajo”, relata.
Vio la situación de desempleo como una oportunidad. Por sus hijas, una de 15 y otra de cinco, decidió quedarse en la casa. Lentamente, como a todos, la novedad del encierro se transformó en aburrimiento y un día encontró un macetero con una suculenta y decidió darle su toque.

“Pinté unas lagartijas. Me gustan mucho y me quedaron bien. Luego mi marido (Cristián Zúñiga) me compró unas pinturas y unos maceteros. Me entretuve mucho poniéndoles toques, peor nunca pensando en venderlos”, asegura
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- ¿Recordaste tus tiempos de artista en las clases de artes manuales del colegio?
- No, para nada, si nunca lo había hecho. No sabía nada de pintar, si yo ni me maquillo.
-Pero cómo, ¿era un talento oculto, muy oculto?
- De verdad no sé de pintura. Muchos no me creen, pero es verdad.
Presupuesto
Mientras se despertaba este talento escondido, a Elizabeth se le comenzó a terminar la plata de los finiquitos: “Era un tema mío, no había problemas de plata en la casa. El tema es que yo siempre he trabajado, manejado mi dinero y se me estaba terminado. Salí a buscar pega, pero no había”, cuenta.
Su instinto la hizo comprar unas plantas y venderlas, pero no le fue bien. “Fueron mi marido y una amiga quienes me aconsejaron que debía vender las plantas con los maceteros que pintaba. Cuando me dijeron, me dio vergüenza. Me insistieron tanto que ‘no fuera pava’, que por cansancio me abrí un Instagram, usé un logo que me regalaron y comencé a ofrecer los maceteros pintados y con una suculenta. Para mi sorpresa me fue bien”, recuerda.

- ¿Cómo fue esa primera venta?
- Fue Javiera, la hija de una amiga. Ella me compra siempre.
- No, no, no. Yo me refiero a esa venta a una persona que no conoces, que llegó por tu Instagram, por ejemplo.
- La primera compra fue también el primer pedido: una Merlina, de los Locos Addams. Le encantó al cliente. Fue todo con mucho nervio: le hice el envío, no sabía cómo hacerlo. Estuve muy ansiosa hasta que supe que le llegó bien. Todo el proceso fue un aprendizaje: para emprender hay que vencer el miedo y la vergüenza. Lo hice y estoy feliz y muy orgullosa.
- ¿Y algún momento tenso?
-No tenso, pero sí que me puso muy nerviosa. Una emprendedora me pidió una Merlina. Cuando la tenía lista le saqué fotos y se las mandé. Como no tenía respuesta, la llamé, y no me contestaba. Incluso me bloqueó en Instagram. Me bajoneó mucho el tema. Pensé que esto no daba para más. En un momento subí al Instagram las fotos, poco menos que como despedida, y las fotos fueron un éxito. Tuve muchos pedidos.
Ya son 8
Ya han pasado ocho meses desde el inicio de su emprendimiento @emipintamonos. A Elizabeth aún la emociona hablar de sus logros: “A mi emprendimiento le tengo un cariño muy grande, porque fue algo que primero me sacó del estrés de la casa y me ayudó económicamente. Además, nunca tenía fe que algo así me resultaría como lo está haciendo. Tenía miedo, vergüenza e inseguridad, pero acá estoy”, comenta.

- ¿Qué les dices a quienes quieren emprender, pero tienen miedo, vergüenza o poca confianza en ellos?
- Que se atrevan. En mi caso al final el miedo y la vergüenza me sirvieron para salir adelante. Ahora, mi esposo me echa tallas que yo voy a ganar más dinero que él y mi hija Javiera, es mi encargada de redes, y veo la cantidad de seguidores que tengo. Estoy feliz, atrévanse a emprender.