Con más de 26 de años de trayectoria en el mundo de la joyería, 19 de ellos como profesora de dicha disciplina, Paulina Jaschan cumplió hace seis años el gran sueño de toda educadora de oficios: tener su propia escuela donde enseña técnica, pero también pasión por este arte milenario.
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Paulina es diseñadora gráfica de profesión, pero su pasión e interés por la joyería la mueven desde mucho antes: “Cuando chica tuve un libro de joyería mapuche y me parecía alucinante. A mis 17 años fui a una exposición de joyas del artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, y ahí quedé perpleja, encantada y fascinada. A los 25, después de titularme de diseñadora, comencé a estudiar sobre la joyería”, recuerda.
Con pasión
Fue desde esa exposición que Jaschan se centró por completo en su pasión, pero no sólo en la confección, quería más. Fue editora de la revista Orfebre, gestora de una serie de seminarios y concursos de Joyería Contemporánea, y luego, comienza a seducirle la idea de enseñar a través de su academia @pjaschan_joyeria.
“Siempre me gustó comprender el contexto histórico en que fueron hechas las joyas. Tengo vocación de profesora, pero no lo estudie. Me invitaron a hacer un curso fuera de Santiago, me lo tomé como desafío. Fue un curso de verano. Terminé muy satisfecha y contenta. Ahí me picó el bichito y decidí que enseñar era lo que más me gustaba. Eso fue hace 19 años”, explica a Esfuerzo Pyme y Publimetro.
- ¿Cómo ha sido la evolución de la escuela?
- La escuela como tal existe hace seis años. En un principio fue todo itinerante. Hacia clases en mi casa. Luego, arrendé varios lugares. Ahora todo mi proceso ha evolucionado favorablemente. La escuela se encuentra en Plaza Egaña y es un espacio muy acogedor. La gente que llega al lugar se sorprende al ver lo que hay dentro.
600 alumnos
Para aprender el oficio de la joyería hay que pasar tres niveles y puede durar tres años el proceso, incluso un poco más. “Hay clases de especialización de joyería, es decir, técnicas específicas (de dos meses). También hago talleres para niños y, actualmente, imparto un curso de diseño de joyas que es teórico y práctico. Todo me gusta enseñarlo desde un enfoque histórico”, explica.
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A la fecha, han sido más de 600 alumnos a los cuales Paulina ha enseñado y transmitido conocimiento y su paisón. “Hay personas que llegan para hacerse de un oficio, a otros que les gusta y otros que vienen a hacerlo como una afición. En los cursos de diseño, me voy dando cuenta de sus marcas propias y los oriento a desarrollarlas”, agrega.
Durante estos dos años de pandemia debió impartir clases online, lo que tuvo sus complicaciones. “El formato online no era lo mismo, especialmente en el tema de la seguridad, porque se trabaja con soplete, martillos pesados. Cuando el proceso es presencial, puedes ir controlando situaciones de manera remota, no”.
Lo que viene en el horizonte
Además de sus clases habituales, Paulina agregó ahora un curso de verano llamado “Mis dos primeras Joyas”, que se imparte en tres sesiones: “Como resultado, los alumnos se irán a sus casas con dos joyas confeccionadas por ellos mismos”.
En tanto, para el mes de febrero, impartirá un ciclo de charlas relacionadas a la historia de la joyería que inicia con el periodo del modernismo, la joyería durante el periodo de Bauhaus, joyería egipcia y la del renacimiento.
Y de planes, hay más: le gustaría impartir sus clases en algún colegio a modo de taller: “Hay algunos interesados, pero que aún me encuentro en etapa de financiamiento”, aclara.
- ¿Y tu colección de joyas?
- Quiero presentar una nueva colección el año 2022.