Esfuerzo Pyme

Con Blups puedes beber algo y comerte después la bombilla

Emprendedores iquiqueños crearon las primeras bombillas comestibles veganas y biodegradables. Aunque tienen diferentes sabores, no afectan el gusto de los líquidos y no generan residuos, lo que cuida el medioambiente al no generar basura.

Aunque fue en febrero del 2022 que se inició la prohibición legal de uso de plásticos de un solo uso, como las bombillas y revolvedores de líquidos para el caso de esta historia, ya un año antes restaurantes, bares, cafés y locales de comida habían sacado de sus mesas estos elementos.

La opción para reemplazarlas fue una: bombillas de papel, las que no fueron del gusto de todos porque, se comentaba, afectaba el gusto al estar el líquido en contacto con el papel. Ahora existe otra alternativa: se trata de Blups, la primera bombilla comestible chilena hecha con ingredientes ciento por ciento de origen vegetal, libre de azúcar y gluten.

Sí, tal cual. Una bombilla con la que se puede beber el refresco, la bebida o trago y una vez usada, se come. ¿Y qué sabor tiene? Depende de la elección. Puede ser frutilla, chocolate, naranja, limón, piña y maracuyá.

“Al usar Blups los líquidos no adquieren el sabor de la bombilla, sólo al comerlas podemos sentir de qué está elaborada”, asegura a Esfuerzo Pyme y Publimetro Carmen Vidal, una de las creadoras de este producto.

Revolución con estilo ecológico

Las bombillas están elaboradas con ingredientes naturales y gelificantes provenientes de algas, lo que les permite resistir temperaturas altas y bajas sin perder su forma por más de cinco horas. Aunque generalmente no quedan restos de este accesorio comestible, si sólo se utilizan para revolver o tomar un bebestible y no se las comen, se pueden compostar de manera casera.

“Lo que hemos visto en bares que usan Blups es que la gente queda encantada con la estética que adquiere su bebida, además el sabor de las bombillas les gusta mucho, de hecho, nos ha pasado que se comen la bombilla antes de terminar su trago”, agrega Pablo Román, el segundo emprendedor tras este revolucionario producto nacional.

Del fracaso al éxito

La idea de blups surgió a mediados del 2021, después de dos proyectos frustrados de Carmen y Pablo.

“Estábamos en nuestro último año de universidad y nos encontrábamos en la cafetería. Tanto Pablo como yo habíamos decidido realizar un nuevo proyecto, pero esta vez aplicando lo aprendido de nuestros fracasos. Así que utilizando el conocimiento que yo tenía en cocina molecular y Pablo en la creación de máquinas y procesos, decidimos hacer algo enfocado a la industria alimenticia”, recuerda Carmen.

Fue en este proceso de buscar algo que hacer cuando “vimos que una persona estaba tomando un jugo con una bombilla plástica. Ahí, de inmediato, se nos ocurrió enfocarnos en buscar un reemplazo de ese objeto realmente contaminante, pero en vez de simplemente hacer una bombilla de otro material, decidimos hacerla comestible ya que para nosotros el problema no era tan sólo el material de la bombilla, sino el hábito de usar y tirar”, explica Pablo.

Cuidando el medioambiente

La preocupación de estos dos iquiqueños por el medioambiente ha marcado sus vidas. Su norte siempre fue que cada proyecto que emprendieran debía ser un aporte para el cuidado del planeta.

“El calentamiento global y la contaminación de residuos es realmente un problema que muchas veces pasa desapercibido hasta que ocurre una consecuencia significativa. Para nosotros siempre fue importante el medioambiente y crear Blups aprovechando el conocimiento y habilidades que tenemos fue la manera de hacerlo”, destaca la hoy directora Ejecutiva de Blups.

- ¿Cómo recuerdan hoy todo ese proceso creativo?

Pablo: No fue sencillo, porque tuvimos que no sólo crear blups bombillas, sino también las máquinas para poder producirlas y los productos alimenticios son complejos de hacer por una serie de requerimientos como etiquetado, resolución sanitaria, estudios de vida útil, entre otros, pero al momento de ver personas usar nuestras bombillas, te dices: “¡Valió la pena!”.

Montaña Rusa

- ¿Qué ha significado para ustedes emprender?

Carmen: Creatividad y libertad. Es como una montaña rusa, donde un día te sientes como si tuvieras superpoderes y al otro sientes que todavía falta mucho que hacer, pero a pesar de eso, el poder crear algo que no sólo ayuda al medioambiente, sino también genera una experiencia es algo extremadamente gratificante. Somos curiosos y siempre pensando en hacer cosas nuevas o mejorar las que ya tenemos y emprender justamente nos entrega las posibilidades de hacerlo.

- Ya con Blups en el mercado y consolidándose, ¿cuáles son sus sentires como emprendedores?

- Pablo: Estamos contentos y sentimos que realmente estamos aportando. No mentiré, hay días que realmente uno no quiere hacer nada porque está cansado, estresado y no tienes energía para hacer nada, pero al final del día el poder marcar una diferencia e inspirar a otras personas a hacer lo mismo nos deja una sensación gratificante que nos impulsa a seguir adelante.

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