Aros de resina con un pétalo perfectamente seco en su interior. Una pulsera con un adorno de resina y una flor muy bien conservada en medio. Un colgante que termina en una figura de resina de la que resalta una piedra semipreciosa. También un anillo hecho de resina en forma de corazón con una composición que representa un otoño de hojas secas.
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Estas son descripciones de algunas de las joyas hechas a mano y con naturaleza que confecciona Marisol Céspedes junto a su socio de negocio y de la vida, su esposo Miguel Pinto, a través del emprendimiento @Laespiral.cl.
“Tenemos nuestros modelos, pero también recibimos encargos”, comenta Marisol a Esfuerzo Pyme y Publimetro. Y estas peticiones especiales van desde algún tipo de flor u hoja que alguien se encontró en la calle o le regaló su amando(a) hasta “mechones de pelo de la mascota recién fallecida que una familia nos entregó para que les hiciéramos varias medallitas”, nos cuenta.
Emprendedores
Las ganas de emprender las tenían hace rato, pero como a muchos chilenos la llegada de la pandemia y la cuarentena les dio el impulso necesario. “Partimos haciendo aseo en los departamentos del edificio donde vivimos, luego jardinería y hasta que llegamos a esto de la resina buscando algo qué hacer”, relata Miguel Pinto.
Partieron con un curso básico. Les gustó este arte y a través de internet comenzaron a ver videos que hablaban de la técnica de la resina epóxica para encapsular desde pétalos hasta piedras. “Fue mucho de prueba y error hasta que llegamos a dominar la técnica, especialmente del secado del material a encapsular. Así fuimos avanzando y una de nuestras hijas, la menor, nos dijo: ‘¿por qué no venden por Instagram?’”, recuerda Marisol.
Y así partió el emprendimiento que bautizaron, a sugerencia de otra sus tres hijas, como @Laespiral.cl. Partieron vendiendo posavasos, “pero no resultó, de ahí derivamos a las joyas viendo videos en Youtube”, explica Miguel.
“Me siento feliz como emprendedora, como que me revitalizó. Me había pensionado recién como profesora, y esto llegó justo porque no quería quedarme en la casa. Tenía claro que aún me quedaba y queda energía para hacer cosas”, dice feliz esta artesana y emprendedora.
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- ¿Cómo recuerdan esa primera venta?
Marisol: Con mucha emoción y orgullo, que hagas algo y alguien lo encuentre bonito para comprarlo, me emociona todavía.
Aunque el negocio lo manejan principalmente Marisol y Miguel, “es familiar porque nuestras hijas nos ayudan aconsejando, con el nombre del emprendimiento, la confección del logo, los colores a usar, también con las fotos y las redes sociales y cuando vamos a ferias, nos insisten que tengamos todo ordenado porque todo entra por la vista”, continúa Marisol.
- Don Mario, ¿complicado trabajar con la esposa?
- Para nada, compartimos cada cosa que hacemos, lo bueno y malo del negocio. Como mi esposa, soy feliz emprendiendo especialmente porque lo hacemos juntos.