Un nuevo estudio publicado en la revista Alzheimer’s & Dementia sobre el tejido cerebral post-mortem reveló pistas sobre cómo el ejercicio en la vejez puede mejorar la salud del cerebro y prevenir el deterioro cognitivo.
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Esta investigación encontró que la actividad física en la vejez se asoció con niveles más altos de proteínas presinápticas, moléculas que respaldan las funciones cerebrales saludables, según lo explicado en el informe de New Atlas.
En los últimos años, los científicos han descubierto constantemente que la actividad física, como caminar en las mañanas, puede mejorar la función cognitiva, especialmente en pacientes de edad avanzada que experimentan las primeras etapas de la enfermedad de Alzhéimer y la demencia.
Esta nueva investigación se centró en una colección de proteínas que se sabe que desempeñan un papel en el mantenimiento de funciones sinápticas saludables. Un estudio publicado el año pasado informó una correlación entre los altos niveles de estas proteínas presinápticas y la reducción de la acumulación de proteínas tóxicas asociadas con la neurodegeneración y el deterioro cognitivo.
El estudio anterior rastreó los niveles de estas proteínas presinápticas en el líquido cefalorraquídeo de pacientes ancianos vivos y en muestras de tejido cerebral post-mortem. La nueva investigación se propuso investigar si la actividad física podría estar relacionada con los niveles de proteínas presinápticas en el cerebro.
El desarrollo del nuevo estudio
Se analizaron más de 400 muestras de tejido cerebral del Proyecto Rush Memory and Aging, un estudio de salud cerebral a largo plazo que rastrea la salud de pacientes mayores en sus últimos años.
Los hallazgos revelan una correlación significativa entre la actividad física en la vejez y el aumento de los niveles de proteínas presinápticas.
Kaitlin Casaletto, neuropsicóloga que trabajó en ambos estudios, explicó que los hallazgos validan la hipótesis de que mantener la salud sináptica en la vejez puede ser clave para evitar la demencia relacionada con la edad.
“En los adultos mayores con niveles más altos de las proteínas asociadas con la integridad sináptica, esta cascada de neurotoxicidad que conduce a la enfermedad de Alzheimer parece estar atenuada. Tomados en conjunto, estos dos estudios muestran la importancia potencial de mantener la salud sináptica para ayudar al cerebro contra el alzhéimer”, detalló la experta.
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Por su parte, William Honer, de la Universidad de Columbia Británica y autor principal del nuevo estudio, encontró anteriormente niveles altos de proteínas presinápticas en el tejido cerebral post-mortem que se correlacionan con una función cognitiva fuerte en la edad adulta.
En este estudio, Honer se sorprendió al encontrar la actividad física relacionada con una amplia distribución de estas proteínas beneficiosas en todo el cerebro, y no solo en el hipocampo, una región del cerebro comúnmente considerada el centro de la función de la memoria.
“Puede ser que la actividad física ejerza un efecto sustentador global, apoyando y estimulando la función saludable de las proteínas que facilitan la transmisión sináptica por todo el cerebro”, puntualiza Honer.
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Conclusiones de los hallazgos
Casaletto admitió que estos hallazgos indican que mejorar el funcionamiento sináptico a través del ejercicio físico puede ser una forma de ayudar a prevenir la demencia relacionada con la edad.
“Nuestro trabajo es el primero que utiliza datos humanos para mostrar que la regulación de las proteínas sinápticas está relacionada con la actividad física y puede impulsar los resultados cognitivos beneficiosos que vemos”.
Casaletto concluye: “Mantener la integridad de estas conexiones entre neuronas puede ser vital para defenderse de la demencia, ya que la sinapsis es realmente el sitio donde ocurre la cognición. La actividad física, una herramienta fácilmente disponible, puede ayudar a impulsar este funcionamiento sináptico”.