Vacaciones es tiempo de descanso, desconexión y diversión en familia, días que nadie quiere se vean empañados por accidentes inesperados o visitas obligadas a urgencias. Por eso es importante prevenir, minimizar riesgos y saber cómo abordar situaciones de emergencia que pueden poner en riesgo nuestra salud durante la época estival.
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Jaime Álvarez, académico de la Carrera de Técnico de Nivel Superior en Enfermería de UDLA Sede Viña del Mar, especialista en urgencias prehospitalarias e integrante del equipo de traslado aéreo de paciente crítico en nuestro país, comenta que las cifras de accidentes o urgencias que se producen año a año en verano o vacaciones son preocupantes, destacando hechos como asfixia por inmersión, insolaciones, intoxicaciones, caídas o golpes, entre otros, los que pueden ocurrir tanto en los hogares, paseos a la playa, ríos, lagos o piscinas.
Advierte que “estos incidentes pueden ser causantes de secuelas, algún grado de invalidez en las personas e incluso provocar la muerte, y en su gran mayoría son prevenibles, por lo que es imprescindible prestarles especial atención para no sufrir ningún percance durante la época estival”.
Ahogamiento o asfixia por inmersión: es uno de los accidentes más recurrentes en verano, sobre todo en niños, y con severas consecuencias. Se puede producir por la caída en algún medio acuático (piscina), por bañarse en lugares no habilitados o inseguros, por piqueros mal ejecutados, causando falla respiratoria, incluso daño neurológico o lesiones en la columna de distinta gravedad. Para prevenirlos hay que bañarse solo en lugares permitidos, mantener siempre vigilados a los niños, utilizar elementos de protección para el agua, evitar correr alrededor de una piscina y no efectuar piqueros desde altura. Para abordar estos accidentes es clave tener conocimientos básicos de primeros auxilios, por ejemplo, de reanimación cardiopulmonar y saber el número de emergencia (131). Asimismo, es importante trasladar a la persona afectada a urgencias.
Quemaduras e insolaciones: la exposición inadecuada al sol también es causante de situaciones de emergencia, principalmente en niños y personas mayores. La radiación solar y las altas temperaturas pueden ser una mala combinación, provocando quemaduras e insolación. Importante es evitar el sol en horarios de mayor radiación (9:30 a 17:00 horas), usar siempre elementos de protección como bloqueador sobre factor 50, gorros, lentes y ropa fresca; preferir lugares con sombra y beber mucha agua. Ante síntomas como fiebre, ampollas, deshidratación o dolor de cabeza, se debe consultar a urgencias.
Cuadros gastrointestinales: en los meses de calor, hay que tener especial cuidado con la manipulación, conservación y preparación de los alimentos para evitar intoxicaciones y cuadros gastrointestinales. Comer solo en lugares establecidos, utilizar agua potable, lavar y cocinar muy bien los alimentos y no exponerlos al sol, son imprescindibles para evitar infecciones. Signos como diarrea, vómitos, dolor de cabeza y malestar general, son motivos de consulta a un especialista.
Picaduras o mordeduras de insectos: las picaduras de abejas, avispas y mosquitos o mordeduras de arañas también son recurrentes en esta época. Para prevenirlas hay que evitar caminar descalzo, revisar ropas y toallas antes de utilizarlas y realizar aseo frecuente en cabañas y casas. Una lanceta se puede extraer con una pinza, desde la zona más baja. También se pueden aplicar compresas heladas en la zona afectada. Finalmente, frente a reacciones inusuales o severas como dolor e hinchazón excesivo, dificultad respiratoria, taquicardia, se debe recurrir a urgencias.