En la actualidad estamos sometidos constantemente a presiones generadas por el clima político, el trabajo, compromisos económicos y familiares. Aunque no nos parezca, todo ello tiene consecuencias en nuestro organismo y causa una serie de problemas que van desde leves hasta graves.
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Entre los problemas leves (en su mayoría de los casos) se encuentran los tics nerviosos. El Portal Psicología y Mente los define como “todos aquellos movimientos corporales involuntarios que aparecen como consecuencia de una contracción nerviosa”.
“Estos movimientos pueden aparecer en multitud de grupos de músculos que, en resto de ocasiones, la persona sí mueve a su voluntad. Por regla general, la persona puede controlar más o menos estos tics, no sin que esto requiera de un gran esfuerzo por su parte”.
Síntomas de los tics nerviosos
Según el sitio web Mundo Psicológico, las personas que sufren de tics suelen experimentar lo siguiente.
- Tics motores: movimientos de cabeza y hombros, parpadeo, sacudidas, golpes, chasquidos de dedos o tocar cosas u otras personas. Los tics motores tienden a aparecer antes que los tics vocales, aunque no siempre es así.
- Tics vocales: son sonidos, como toser, carraspeo o gruñido, o repetir palabras o frases.
Los tics también se pueden dividir en las siguientes categorías:
- Tics simples: son tics repentinos y fugaces que utilizan pocos grupos de músculos. Los ejemplos incluyen espasmos de nariz, ojos rápidos o carraspeo.
- Tics complejos: implican movimientos coordinados que utilizan varios grupos de músculos. Los ejemplos incluyen saltar o caminar de cierta manera, hacer gestos o repetir palabras o frases.
En la gran mayoría de los casos en los que se experimentan tics, las personas suelen experimentar mucha tensión y estrés.
¿Por qué se producen los tics?
- Genética: los estudios indican que los trastornos desarrollados por los tics pueden heredarse.
- Anomalías en el cerebro: estas también pueden ser las responsables de los trastornos de tics. De hecho, también podrían influir en trastornos como la depresión o el TDAH.