Estilo de Vida

¿No te gusta tu trabajo? Aquí te ofrecemos algunos consejos que pueden ayudar a que eso cambie

Todo empleo puede resultar motivador si lo ves con la óptica correcta.

El descontento y hasta aversión a los empleos es muy común. Foto: bing.com/images.

Con frecuencia nos encontramos en empleos que no nos gustan y los hacemos solo porque necesitamos el dinero.

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"No me gusta mi trabajo" es una frase que con frecuencia se escucha. Foto: bing.com/images.

Pero esta triste situación puede cambiar si programamos nuestra mente a través de ciertas recomendaciones ofrecidas por expertos en psicología. En este caso, el sitio web de la BBC de Londres nos presenta sugerencias ofrecidas por Ana Sanz Vergel, profesora de Psicología laboral de la Escuela de Negocios de Norwich y de la Universidad de East Anglia (Inglaterra).

Dos estrategias para que te enamores de tu trabajo

Detente y piensa: ¿Cuál es el motivo del descontento?

Toda situación hay que analizarla antes de proceder. Foto: bing.com/images.

Se trata de modelar nuestro trabajo para hacerlo más significativo, de “hacer pequeños cambios en el día a día”, indica Sanz. Pero antes de eso, es importante pararse a reflexionar sobre la situación en la que nos encontramos.

Evaluar dónde se produce el desajuste. ¿Por qué no estamos felices en ese trabajo? ¿No se adapta a mis intereses?”.

“¿Es porque hay un exceso de trabajo y no tengo ningún recurso para abordarlo? Por ejemplo, no hay apoyo del supervisor”.

“O si, por el contrario, es un trabajo muy aburrido en el que no hay oportunidad de desarrollo, no hay variedad en las tareas o quizás siento que carece de significado para la sociedad”.

Una vez se sabe dónde está el desequilibrio se apunta a la proactividad.

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Reconéctate con el propósito

Es fundamental que sepas que aún si crees que tu trabajo carece de importancia, siempre puedes encontrar en él un gran propósito. Foto: bing.com/images.

Es importante tener presentes las razones y motivaciones por las que vamos a trabajar, ya que eso nos permite entrar en sintonía con ellas.

“Por ejemplo, si la respuesta es: para mantener a mi familia, cuando pase por las emociones diarias que ese trabajo me genera, me servirá recordarlo”.

O si soy vendedor en una farmacia, más allá de si recibo o no el dinero justo, mi propósito podría ser ayudar a las personas a encontrar las medicinas que van a curar sus dolencias.

Y así, incluso cuando hay muchos aspectos realmente difíciles del trabajo, unas partes aburridas o días en que hubiese preferido no ir, tendré un propósito general”.

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