Algunos doctores y especialista han recomendado por años que el consumo moderado de bebidas alcohólicas, como ejemplo, una copa de vino o un vaso de cerveza, pueden ser saludables para el cuerpo y mente humana.
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No obstante, una reciente investigación presentada en Heart Failure 2022 (un congreso científico de la Sociedad Europea de Cardiología), asegura que los niveles de consumo de alcohol consideraros en varios países aceptables y seguros, pueden estar asociados al desarrollo de insuficiencia cardíaca.
Es de público conocimiento que el consumo en exceso de alcohol es nocivo para la salud y en el largo plazo es el causante de la insuficiencia cardíaca conocida como miocardiopatía alcohólica. Pero no es solamente que se puede presentar esta afección, ya que el estudio asevera que las cantidades baja de consumo de alcohol también pueden ser determinantes.
Investigación
El estudio contó con la presencia de 744 persona mayores de 40 años de edad con riesgos de desarrollar insuficiencia cardíaca debido a factores de riesgo (presión arterial alta, diabetes u obesidad) o con insuficiencia cardíaca previa (factores de riesgo y anomalías cardíacas, pero sin síntomas). Los investigadores estudiaron el parentesco entre el consumo de alcohol y la salud del corazón durante una media de 5,4 años.
Los resultados sugieren que beber más de 70 gramos de alcohol por semana se asocia con el empeoramiento de la insuficiencia cardíaca previa o la progresión a insuficiencia cardíaca sintomática.
Bethany Wong, doctora del Hospital Universitario de St. Vincent en Irlanda, comentó que “para minimizar el riesgo de que el alcohol cause daño al corazón, si no bebes, no comiences. Si bebes, limita su consumo semanal a menos de una botella de vino o menos de tres latas y media de 500 ml. de cerveza al 4,5 por ciento”.
El alcohol atraviesa todos los estratos socioeconómicos culturales y todas las edades. En varios países de Latinoamérica es el principal problema con respecto a su consumo y efectos negativo. Por eso, la recomendación principal del estudio es que, si alguna persona no ha consumido alcohol, mantenerse de esa manera y si es tomador social, tratar de hacerlo lo menos posibles.