Una de las grandes satisfacciones que da el trabajo es la sensación de estar haciendo algo importante para las vidas de los demás y que, de algún modo, al final de la jornada, hemos dejado un planeta un poco más sano, más ordenado, más razonable de lo que era al principio.
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Estos cambios no necesariamente tienen que ser enormes; la diferencia puede consistir en limpiar una escalera, colgar un cuadro o recuperar el equipaje perdido de alguien. Pero, para muchas personas, ir a trabajar solo es una manera de hacer frente a las facturas.
Según el filósofo británico, Alain de Botton, existen dos filosofías del trabajo
La primera considera el trabajo como un recurso económico principalmente. En ese sentido, se trabaja para proveer a la familia y a uno mismo. No se vive para el trabajo. Se trabaja pensando en el fin de semana y en el tiempo libre, y los compañeros de trabajo no tienen por qué ser necesariamente amigos.
Mientras que la segunda ve el trabajo como algo esencial para tener una vida satisfecha, es decir, consideran el trabajo de importancia para la realización personal y el desarrollo de la creatividad.
“Una de las satisfacciones más importantes que nos da el trabajo es la sensación de estar haciendo algo positivo para la vida de los demás”.
— Dr. Alain de Botton
Según el mencionado especialista, esta segunda filosofía nos conviene más y nos haría más felices. Ir a trabajar de manera mecánica solo genera insatisfacción y amargura, en cambio, encontrar en tu labor diaria un significado nos da ánimo para seguir adelante y nos inspira a ser cada día mejores con los demás y con nosotros mismos.