Una de los mejores métodos para combatir el frío es sin duda alguna comer en la cena platos calóricos y calientes, sin embargo, debido a las bajas temperaturas en las temporadas otoño-invierno, hay pocas ganas de salir de casa y realizar actividades deportivas que ayuden a quemar esos kilos de más asumidos por dicha alimentación.
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La falta de actividad al aire libre o en gimnasios cerrados es un gran detonante para que el ser humano desarrolle indebidas modalidades de sedentarismo que a la larga causa al cuerpo un deterioro que en muchas cosas son duraderos e irreversible.
Teresa Cóccaro, licenciada en Nutrición asevera para el medio argentino Bienestar: “Es verdad que, en esta época del año, elegimos comidas más calóricas y las consumimos en mayores cantidades. Es por eso que, para poder transitar plenamente estos días de frío, debemos hacer hincapié en la correcta selección de alimentos, estando atentos a no descuidar la silueta”.
¿Por qué comemos más en invierno?
Distintos expertos aseguran que dicho proceso está relacionado con la producción de dos neurotransmisores: serotonina y melatonina, ambos responsables de regular el apetito y el ciclo del sueño.
“Durante los meses de frío, desde mayo hasta agosto (Cono Sur), coincidiendo con los días más cortos y de menos luz del año, se produce una disminución en la síntesis de serotonina en el cerebro, un neurotransmisor clave en la regulación del apetito, causando sensación de saciedad. Esto se debe a que hay un aumento en la síntesis de melatonina en el cerebro, que juega un rol importante en el sueño. Esto ocurre en fase oscura, es decir, aumenta cuando está oscuro y disminuye cuando hay luz”, indicó para el mismo medio, Jorgelina Azzaro, también licenciada en Nutrición.
Científicamente, el aumento de melatonina incita a que se forme menos serotonina, generando un aumento del sueño y del hambre gracias a que el aminoácido triptófano se utiliza para formar serotonina y melatonina.
Al ser más cortos los días y al haber más horas de oscuridad, se utiliza más cantidad de triptófano para sintetizar la melatonina y menos para la serotonina, que es la que regula el apetito, aumentando el hambre hacia la noche, con preferencia por los carbohidratos.
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Consejos para no engordar en temporada de frío
· No dejarse llevar siempre por el frío y mantener una dieta balanceada.
· A pesar de las bajas temperaturas, siempre realizar actividades físicas.
· Dormir las 8 horas establecidos por la medicina. El buen descanso es fundamental para cualquier proceso físico.
· Evitar cenar en altas horas de la noche y si es posible, realizarlo antes de las 21 horas.