El Estudio Nacional de Discapacidad II (Endisc II), llevado a cabo en el 2015, es el último que existe hasta la fecha al respecto. Es lo más parecido que hay a un censo para este numeroso grupo, que abarca, según esa misma encuesta, a cerca del 17% de la población, alrededor de tres millones de chilenos.
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Dentro de este conjunto, están las personas con discapacidad visual (PcDV), que tienen a la Fundación Luz como uno de sus principales soportes para su desarrollo dentro de la sociedad. Este organismo se preocupa de todo su ciclo vital y busca que sean autovalentes, por eso tiene como uno de sus grandes focos su inserción en el mundo del trabajo.
Por eso, basado en el Endisc II, Fundación Luz elaboró el primer “Estudio sobre inclusión laboral en personas con discapacidad visual”, cuyos resultados, pese a los esfuerzos realizados, no son para nada alentadores. En el año de la recolección de datos, cuando el sueldo mínimo era de $240.000, el 74% declaraba haber recibido un salario inferior a $300.000 en el mes anterior.
En otras palabras, tres de cada cuatro PcDV decían haber percibido una remuneración menor o levemente superior a la mínima de nuestra legislación en ese entonces. Hay un claro sesgo discriminatorio, considerando que el 50% de las y los trabajadores en Chile a nivel general ganaba $401.000 o más en el 2020, de acuerdo a un estudio de Fundación Sol.
La discapacidad visual en nuestra sociedad
La discriminación también se da por género. Del total de encuestados que recibía menos de $300.000 mensuales, un 79% eran mujeres, mientras que “sólo” un 66% eran hombres.
“A pesar de ser rangos de ingresos mayoritarios en la población, siguen siendo muy bajos, generalmente ni siquiera alcanzando el nivel de subsistencia”, concluye Constanza Melián, investigadora de Fundación Luz que desarrolló este análisis. “Por tanto, independientemente del motivo, no pueden ser normalizados para ningún grupo poblacional y como sociedad resulta imprescindible realizar todos los esfuerzos necesarios para asegurar salarios que permitan a las personas tener una vida digna en Chile”, complementa.
“No se debe olvidar que la discapacidad es un tema relevante en la sociedad y ha de ser considerado con énfasis en las políticas públicas del país”, agrega la socióloga. “Las PcDV, y en general todos los tipos de discapacidades, pueden vivir y desarrollarse de una mejor manera si eliminamos o al menos reducimos de forma significativa las barreras que actualmente tienen que enfrentar de manera cotidiana”, remata.