El sarro, también llamado cálculo dental o tártaro, es la combinación de la placa bacteriana con restos de comida que se solidifican en la cavidad bucal y resulta casi imposible de quitar con solo cepillarnos los dientes.
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Este sarro además de crear una mala apariencia, puesto que se crea una capa amarillenta sobre los dientes, también produce mal aliento, gingivitis y caries.
Lo más recomendable en estos casos, sobre todo si el problema de sarro es severo, es acudir con un odontólogo para que elimine todo el sarro empleando láser, un aparato de ultrasonidos o una limpieza con raspado.
El bicarbonato de sodio es tu mejor aliado para combatir el sarro
Aunque algunos expertos advierten que el uso regular del bicarbonato de sodio puede deteriorar los dientes, si lo usas moderada y adecuadamente te podría ayudar a eliminar y prevenir el sarro.
La aplicación es sencilla, solo tienes que agregar un poco sobre la crema dental en tu cepillo. Luego, procedes a lavar muy bien tus dientes. Esto solo lo puedes hacer un máximo de dos veces a la semana.
Otro ingrediente casero que puedes emplear para combatir el sarro es el aceite de coco, ya que contiene una gran cantidad de ácido láurico y eso le confiere propiedades antiinflamatorias y antibacterianas.
Solo pon una cucharada de aceite de coco comestible en tu boca y realiza el enjuague por unos 5 o 10 minutos. Intenta esparcir el aceite por todos los rincones de tu boca, y luego escupe el aceite en la basura, ya que con el frío este aceite se solidifica, lo que no sería bueno para las tuberías de tu hogar.
Para eliminar la sensación grasosa en tu boca, enjuaga con agua. Este tratamiento si lo puedes incluir a tu rutina diaria de limpieza bucal, solo no lo hagas más de dos veces al día.