La joven Lindsay Casinelli, proveniente de Caracas, Venezuela, batalló para abrirse camino desde que pisó suelo americano. Sin perder su norte, se mudó a California para estudiar; comió latas de atún por meses, consiguió tres trabajos, y, por fin, empezó a obtener conocimientos y saberes al mismo tiempo que laboraba.
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Sus objetivos nunca los perdió de vista, los tuvo en mente a diario. Hoy, a los 37 años, es el rostro de las noticias deportivas en Estados Unidos; le puso el sabor femenino al equipo de Despierta América desde julio.
Mucha gente le aconsejó inclinar la mirada hacia otras profesiones, ya que ‘las mujeres en el deporte no tienen credibilidad’, decían. Con perseverancia, compromiso, dedicación y amor por la carrera logró un espacio en uno de los programas más reconocidos.
Fe de la reina de las noticias deportivas
En entrevista al Nuevo Herald, aseveró que la fe permanece intacta sobre sí misma: “He sido capaz de contar mi propia historia. Estoy convencida de lo que hago y lo hago con espontaneidad y eso me ha hecho auténtica”.
Sostuvo: “Nunca he pretendido ser de otra manera para encajar. Si alguien, hombre o mujer — creo que no importa el género — quiere dedicarse a esta carrera, le diría que lo haga con convicción y autenticidad”.
Su vida se transformó porque no “tiró la toalla”. Al contrario, rememoró que trabajó bastante para conseguir una computadora. Siempre buscó la manera de poder prepararse a nivel académico.
Esfuerzo
Hubo un momento que se notó sin dinero y desilusionada, pero más eran las ganas por salir adelante. En la actualidad, hace una maestría de Negocios, pero antes de terminar la licenciatura debió hacer sus pasantías cada sábado en la madruga.
Resulta que el “trabajo consistía en hacer ‘log’ a los partidos de la Bundesliga Alemana a las 4 a.m., y dejar las anotaciones para el productor, que llegaba a las 7 a.m.”.
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La conocida Casinelli deseaba ser considera para una oferta laboral donde hacía sus pasantías. Sin embargo, le fue complicado coincidir con algún productos para presentar y hablar lo esperado.
Narró: “Uno de esos sábados no tenía para llenar el tanque de gasolina, y la pasantía era a una hora de mi casa, por lo que, si iba, no tendría cómo regresar. Me desperté, me eché a llorar y decidí no ir, pero minutos después me vestí y dije: ‘Tengo que cumplir, debo terminar lo que comencé, ya veré como regreso’ “.
Transformación
Sin imaginar, ese día cambió la vida de la venezolana Lindsay Casinelli. A fin de desarrollar un programa de béisbol, el comentarista Adrián García Márquez la invitó a hacer su primera audición. Valió la pena el sacrificio.
“Gracias a esa audición estoy aquí, y he tenido la fortuna de tener una carrera más gratificante de lo que alguna vez pude soñar”, confirmó.