El mundo de los perfumes y las fragancias es verdaderamente amplio, complejo y competitivo, es por ello que diversos especialistas y medios de comunicaciones se han encargado durante décadas en tratar de explicar en detalle sus diversas características y diferencias para que así, su público consumidor sepa cuál es el que más le conviene comprar y, sobre todo, el por qué.
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Sin embargo, pocas son las personas que conocen los detalles y diferencias entre Eau de Toilette (EDT) y Eau de Parfum (EDP), así que nos tomamos el tiempo de dar una breve explicación sobre sus características y parecidos. Por ejemplo, entre sus similitudes se destaca que ambos son hidroalcohólicos (mix entre agua y alcohol) pero se diferencian en la concentración.
Con respecto a porcentajes en sus composiciones, la Academia del Perfume informa que un Eau de Toilette tiene una dosificación de entre el 10%-15% de esencia en graduaciones alcohólicas de 90º-96º mientras que en un Eau de Parfum, las dosificaciones pueden oscilar entre el 15-20% en un alcohol que también oscila entre los 90º-96º.
Eau de Toilette
Tiene menos concentración de perfume en la base de la fragancia, por lo tanto, su duración es más limitada de tiempo y alcance. Cuando se aplica, su olor es sin dudas más expansiva y puede abarcar todo un espacio determinado en segundos, pero en la brevedad de tiempo de a poco va desapareciendo del sistema olfativo a raíz de sus suaves componentes.
Lo que distingue a un perfume de un eau de toilette es su nivel de concentración de esencia aromática, que es mucho mayor con respecto al Eau de Parfum. Se trata de la combinación de ingredientes que dan forma a la fragancia y, aunque es la misma en los dos tipos, sí que cambia la manera en que quedan impregnadas en la piel. Además de esta esencia, las fragancias suelen contener aceites y almizcles con el objetivo de fijar los éteres y alcoholes.
Eau de Parfum
Significa que tiene más concentración de perfume en la base de la fragancia. En línea general su duración larga y su impacto es más fuerte, aunque más limitado cuando se refiere a su alcance. En este sentido, los Eau de Parfum destacan por sus altos índices de esencia aromática y elementos químicos, que tienen como objetivo fijarla a la piel.
No se aconseja utilizar Eau de Parfum durante los meses de verano o en lugares muy calurosos porque sus distintos fijadores que prolongan la fragancia también pueden provocar la aparición de manchas en la piel. El Eau de Toilette produce el mismo efecto negativo, pero debido a su menor concentración de alcoholes se da en mucha menor medida. Por lo tanto, las aguas de baño siempre están asociadas a las épocas estivales.