“Ella es mágica; definitivamente es una persona mágica, y en ese momento ni siquiera lo sabía. Yo simplemente le decía: ‘tienes una presencia, un poder y una belleza increíbles’”, de esta manera, el fotógrafo a cargo de la campaña Obsession de Calvin Klein, calificaba a Kate Moss.
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Katherine Ann Moss, mejor conocida como Kate Moss, la supermodelo que transformó los estándares de la industria de la moda, el 16 de enero cumplió 49 años y ese estilo y glamour que la caracterizan aún permanecen a pesar del tiempo manteniéndose firme al amor que siente por la moda y demostrando que sin importar la edad, se pueden llevar conjuntos elegantes.
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Un símbolo de la década de los 90 que llegó a irrumpir con los estándares de belleza que se tenían en aquel momento, pues a diferencia de otras modelos, Kate Moss tenía un cuerpo muy diferente como Cindy Crawford, quien también era un ícono en ese entonces, con cuerpos que mostraban más curvas y volumen, la supermodelo originaria de Londres era todo lo contrario.
Si bien, la modelo Twiggy o Leslie Lawson nacida en el 49, ayudó un poco a refrendar este modelo de belleza basado en tallas sumamente pequeñas, Kate Moss lo refrendó en los años 90 y aunque este estándar ha afectado a otras mujeres, su paso por la moda también ayudó a refrendar otras tendencias y a colocar firmas de moda importantes.
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Kate Moss la musa de la moda y el ícono de Calvin Klein
Sin importar el paso del tiempo, Kate Moss se mantiene firme a su estilo y demuestra que no importa la edad, el estilo permanece. Apostando siempre por looks adelantados a su época y sumamente arriesgados
La supermodelo, que comenzó siendo una antimodelo, se convirtió en la musa de importantes firmas de moda como Alexander McQueen, de quien también se convirtió en holograma, Jean-Paul Gaultier y de diseñadores como Karl Lagerfeld y John Galliano desde que fue descubierta en 1988.
Para 1993, la que sería el futuro ícono de la moda, a sus 18 años se convirtió en la imagen para la campaña Obsession que buscaba promocionar la línea de perfumes de la marca en Las Islas Vírgenes, siendo fotografiada por Mario Sorrenti.
Más tarde, esa autenticidad que la caracterizaba se iría a otros rubros de la moda, dándole un nombre y una imagen al icónico slip-dress que apostaba por un look transparente que dejaba ver su ropa interior.
Su romance con Johnny Depp, otro hombre que ayudó a afianzar la popularidad del perfume de Dior, Sauvage, ayudaron a mostrar una faceta mucho más rockera y colocando el estilo grunge por lo más alto, componiendo sus looks por chaquetas de cuero y prendas rebeldes.
Además, se convirtió en la primera famosa en demostrar que los looks low cost también se podían llevar con mucho estilo gracias a un vestido amarillo que ella misma calificó como “vintage”.