En cualquier momento de tu día a día se puede hacer presente el estrés y hasta incluso por distintas razones los episodios pueden ser bastante reiterativos y pueden afectar severamente tu estilo de vida, generan además de preocupación menta, varios patologías físicas que deben ser controladas y tratadas a tiempo para evitar males mayores.
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Expertos de la Universidad de Stanford, California, Estados Unidos, llevaron a cabo un estudio para analizar diferentes tipos de técnicas de reducción de estrés la cual llevaron a cabo aprovechando el tiempo de confinamiento por la pandemia COVID-19 cuando se registraron altos niveles de estrés en la población.
La meditación mindfulness (atención plena) y diferentes maneras de concentrarse en la respiración para comprobar su efectividad, fueron las opciones detalladas impuesta en el experimento, tratando de dejar a un lado opciones para reducir el estrés sin medicación.
Respiración cíclica
Los análisis publicados en la revista científica Cell Reports Medicine, determinaron la importancia de practicar la técnica de respiración y poner más seguimientos a la hora de exhalar, es decir, que se debe dedicar el doble de tiempo a la expulsión del aire que a la fase de inhalar y la fase de mantener el oxígeno en los pulmones.
Practicando correctamente la respiración cíclica se registraron efectos positivos y se redujeron los síntomas del estrés, se rebajaron las pulsaciones durante el descanso y mejoraron la respiración y la calidad del sueño, así como el ánimo de las personas con únicamente 5 minutos de práctica diaria.
“Los ejercicios de respiración voluntaria también pueden mejorar la sensación general de control sobre el estado interno, contribuyendo al aumento del efecto positivo observado. Esto es diferente de la meditación de atención plena, donde el practicante no ejerce control sobre el ritmo de la respiración. Con las técnicas de respiración específicas respaldadas por la ciencia se puede mejorar la tolerancia al estrés y la calidad de sueño”, concluye el equipo de investigadores de la Universidad de Stanford mediante comunicado en el medio Health.