Poder perder esos kilos de más, puede a llegar a ser una verdadera odisea por diversas razones, por ello, antes de comenzar a realizar una determinada dieta, es importantísimo primero visitar la consultar de un especialista en nutrición para que luego de los estudios necesarios y pertinentes, poder determinar cuales serán los pasos a seguir que pueda asegurar resultados positivos en el mediano o largo plazo.
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No será sencillo o un acto de magia adelgazar en pocos días, por lo que es necesario que además de la voluntad, también pueda desarrollar la paciencia y constancia necesaria.
Bases primordiales para un plan de alimentación
1. Convencimiento: el primer paso para iniciar un plan de descenso de peso es tomar la decisión de querer sentirse mejor y alcanzar un mejor estado de salud.
2. Consulta médica: consultar con un especialista es clave para que acompañe todo el proceso (nutricionista, médico nutricionista, cardiólogo, endocrinólogo; son varias las especialidades que en la actualidad abordan exitosamente el desafío del peso corporal).
3. Personalización: no hay recetas únicas que obtengan los mismos resultados en todos los casos. Conocer la realidad de cada individuo es lo que permite realmente diseñar un programa que se acomode a su realidad, sus posibilidades, su trabajo, su rutina, sus gustos, sus limitaciones, su economía.
4. Objetivos y expectativas: es necesario plantearse, en conjunto con el médico, metas alcanzables, que representen un desafío e impacten en la salud, pero que sean posibles. No poder cumplir estos objetivos, va a generar una frustración que puede tirar por la borda todo el esfuerzo.
5. Estudios de control: hacer un diagnóstico de situación, controlando los niveles de determinados factores de riesgo cardiovascular (presión arterial, colesterol, peso, glucemia), entendiendo también el funcionamiento renal, el estado nutricional general, el grado de porosidad de los huesos, el estado de la tiroides, entre otros elementos.
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6. Alimentación saludable: comer sano no es acumular prohibiciones y restringir porciones hasta pasar hambre. Eso solo afectará el estado de ánimo, la motivación y puede poner en riesgo el perfil nutricional de la persona.
7. Actividad física: genera múltiples beneficios por la liberación de endorfinas que hacen sentir bien a la persona, contribuye activamente al balance energético, por el consumo de calorías y, en una combinación inteligente entre trabajo aeróbico y anaeróbico, contribuye a la generación de masa muscular, que potencia el gasto energético, fortalece el esqueleto y estiliza el cuerpo.
8. Manejo de emociones: tiene mucho que ver con las decisiones nutricionales y es un plano que se ve beneficiado por la realización de actividad física, pero la gestión del estrés, del aburrimiento, de los enojos, entre otras emociones, es crítico.
9. Largo plazo: todos estos esfuerzos producen resultados. No inmediatos; seguramente no se bajen 10 kilos en dos semanas, pero es la manera más saludable y sostenible en el tiempo de hacerlo.