Muchas veces cuando vamos a expresarnos públicamente o cuando estamos del otro lado como espectador y queremos evaluar la veracidad o certeza de los dichos, la postura corporal es quien define muchas veces el tipo y calidad de mensaje. Pasa lo mismo muchísimas veces cuando se acude a una entrevista de trabajo, ya que, aunque parezca alocado, la manera en que nos paramos frente al entrevistador puede bastar para conseguir o no la ansiada meta.
PUBLICIDAD
Por ello, un reciente estudio liderado por la psicóloga española, Elena Sanz, explica y asegura que la postura corporal es la base principal para que los seres humanos puedan aumentar y mantener el autoestima y estados de ánimos ya que constituyen una herramienta útil y fácil de implementar, basada en la psicocorporalidad.
Beneficios mentales por buena postura
Sanz explica que la postura “transmite información a través del lenguaje no verbal. Una sonrisa, una mirada baja o un cruce de brazos nos cuentan si nuestro interlocutor está feliz, temeroso o a la defensiva y esto lo captamos al instante, sin un esfuerzo consciente. De hecho, en el mundo animal también se produce este tipo de exhibiciones que sirve como interacción con los otros”.
En 2010, las científicas estadounidenses Amy Cuddy, Dana Carley y Andy Yap, desarrollaron una investigación, en la que le pidieron a un grupo de personas que adoptase posturas de poder y poses de debilidad durante dos minutos, tras lo cual analizaron los cambios en el organismo de cada uno de los participantes.
Las posturas de poder reflejaban aumentos en la testosterona y decrementos en el cortisol y el patrón contrario ocurría con las poses de debilidad. “Tengamos en cuenta que la testosterona es una hormona presente tanto en hombres como en mujeres, relacionada con la valentía, la autoconfianza y la asunción de riesgos. Por su lado, el cortisol se asocia con el estrés, el nerviosismo y la precaución”, explicó Sanz.