Es inevitable, cuando el ser humano alcanza los 60 años el cuerpo presenta importantes cambios y deterioros físicos esperables y de acuerdo a la edad vivida, por lo tanto, es fundamental aumentar los cuidados en el aspecto gastronómicos y entender cuales son los hábitos que benefician y perjudican a la salud.
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La sana alimentación y los ejercicios adecuado para la edad son un gran aliado para continuar viviendo varios años más de la manera más sana posible. Pero ten presente que de nada sirve si tu estilo de vida cuenta con malos hábitos, por eso, te explicamos tres características del día a día que muchas veces la implementas sin darte cuenta y a la larga, su desarrollo complica negativamente la salud.
No ingerir proteínas
Es importante mantener en tu dieta las proteínas, ya que son los encargados de acelerar el metabolismo, favorece la pérdida de peso, fomenta el desarrollo de masa muscular, controla el apetito, fortalece el sistema inmunológico, incrementa los niveles de serotonina y disminuye la ansiedad.
“Ayuda a mantener la masa y fuerza muscular, la salud ósea, y es una de las mejores formas de ayudar con sus esfuerzos en la pérdida de peso. Especializado. Aquellos ya mayores tienen más riesgo de perder masa muscular, por lo que no ingerir suficientes proteínas podría acelerar el proceso”, asegura Courtney D’Angelo, médico y dietista.
Beber poca agua
El ser humano está hecho cerca de un 60% de agua: tres cuartos de nuestro cerebro y nuestro corazón, el 83% de nuestros pulmones y el 31% de nuestros huesos son agua. Pero no toda esa agua permanece en nuestro cuerpo. “A medida que envejeces, la sensación de sed tiende a disminuir. Por tanto, las personas mayores tienden a deshidratarse más que los jóvenes” explica Lisa Young, doctora en dietética y nutrición.
Comer fuera de horario
No respetar el horario de cada comida puede generar consecuencias cardiometabólicas, problemas de sobrepeso y deficiencias nutricionales. Además, puede generar riesgo en el ritmo de sueño o de sufrir más períodos de insomnio, lo que evitará que cuerpo y mente se regeneren con la misma facilidad, un proceso esencial en el descanso nocturno.