Son distintas las razones por las que el ser humano puede transitar por episodios de ansiedad y aunque se quiera evitar a toda costa, pareciera que el momento es inevitable, dejando importantes secuelas en la salud física y, sobre todo, mental.
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Las estadísticas de las Organización Mundial de la Salud (OMS) son determinantes en advertir que en los últimos años y en especial en épocas de pandemia por el COVID-19, se ha incrementado en todo el mundo los casos de personas que padecen de ansiedad, causando un problema de primer orden en las consultas médicas y de psicología.
5 señales de llamado de atención
1. Dolores de cabeza: Según la Asociación de Ansiedad y Depresión de América, las migrañas y los dolores de cabeza diarios crónicos son frecuentes en personas que tienen un trastorno de ansiedad. Los dolores de cabeza pueden ser provocados por la liberación de hormonas del estrés que contraen los vasos sanguíneos del cerebro, según el doctor Anup Mathew, psiquiatra en la Clínica Cantourage del Reino Unido.
2. Síntomas cardiovasculares: Las personas con trastornos de ansiedad con frecuencia experimentan síntomas cardiovasculares, como dolor en el pecho o palpitaciones, debido a que las hormonas del estrés pueden contraer los vasos sanguíneos y causar un aumento de la presión arterial y del ritmo cardíaco, según lo afirma Mathew
3. Síntomas digestivos: Estos cambios en el microbiota intestinal pueden contribuir a los problemas digestivos asociados con la ansiedad, remarca Mathew. Además, las personas con trastornos de ansiedad pueden experimentar una sensibilidad aumentada a ciertos alimentos.
4. Defensas bajas: Los niveles excesivamente altos de cortisol producidos durante los períodos de ansiedad, pueden interferir con la producción de glóbulos blancos que ayudan a combatir infecciones. Esto, a su vez, podría aumentar la probabilidad de que una persona se enferme.
5. Problemas respiratorios y mareos: Esta respuesta de lucha puede provocar otros síntomas físicos como temblores, dolor de estómago, sudoración excesiva, taquicardia y dificultad para respirar. Esto puede hacer que las personas sientan que no pueden obtener suficiente aire, lo que puede aumentar la ansiedad y el pánico.