Unas de las particularidades que debe mantener un gran seguimiento según varios especialistas, es la dieta que deben de desarrollar las personas con autismo a lo largo de sus vidas, ya que muchas veces algunas conductas alteradas dependen de la alimentación o algún cuadro de alergia alimentaria, que se potencia a partir de deficiencias inmunológicas, como, por ejemplo, la mucosa intestinal debido a que ahí se
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“El problema es que la mucosa intestinal tiene que controlar ciertas levaduras que hay en el intestino que es lo que conocemos como la flora intestinal o microbiota que está compuesta por bacterias que viven en pequeñas colonias en el intestino grueso y delgado, que no se pueden multiplicar ni reducir, no se pueden juntar y cada una tiene una función específica. Nos ayudan a procesar restos de carbohidratos mal digeridos y viven controladas en el hombre por la mucosa intestinal y en la mujer por las mucosas intestinal y vaginal”, así lo explicó al medio Tn, Carlos Alberto Cliento Pintos, psicólogo de la Universidad de Buenos Aires.
Alimentación requerida
Los niños que sufren de autismo deben desarrollar desde temprana edad una alimentación balanceada sin tanto niveles de azúcar, tomando en cuenta siempre en saber cuales son algunos de los alimentos que son capaces de alterar de manera negativa su comportamiento.
La alergia alimentaria, además del comportamiento, se puede manifestar a través de la piel con sarpullidos o manchas y, si bien los dermatólogos suelen tratarlos con cremas, la reacción alérgica puede durar s 2 o 3 días, pero si no se quita o detecta el alimento que lo produce, la problemática puede ser duradera y recurrente. Es también de suma importancia entender que, si un niño consume permanentemente azúcares y carbohidratos, sufriría constantemente episodios de alteración.
“Cuando estas proteínas pasan al torrente sanguíneo, son derivadas al cerebro y en el cerebro alteran los impulsos eléctricos, producen básicamente un cortocircuito. Por eso, los chicos empiezan a recibir la información alterada. Este cortocircuito puede alterar la conducta, el pensamiento, la memoria y depende del metabolismo de cada niño. Vamos a encontrar que son niños hiperactivos, irritables, sobreexcitados y esta sobreexcitación le suele durar varias horas porque estas proteínas actúan como un opioide, es decir como una droga, entonces sobreexcitan el sistema neurológico durante varias horas y después terminan deprimiéndolo”, detalla Cliento Pintos.