Parece improbable que Megan Fox, quién fue considerada en el pasado 2008 como la mujer más sexy del mundo, internamente nunca se ha sentido conforme con sus cualidades corporales y en la actualidad sufra de trastorno dismórfico, una enfermedad que en la actualidad ataca a muchas víctimas y éstas no son capaz de reconocer su existencia.
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En una entrevista a la revista Sports Illustrated Swimsuit, una vez indicó que “nunca hubo un punto en mi vida en el que amé mi cuerpo, nunca, nunca. Cuando era pequeña, esa era una obsesión que tenía y del porqué tenía una conciencia de mi cuerpo tan joven, no estoy segura”.
Trastorno dismórfico corporal
Según la Clínica Mayo, se define como una enfermedad mental caracterizada por la obsesión constante con uno o varios defectos percibidos en la apariencia. Quienes lo padecen pueden pasar largas horas frente al espejo, se preocupan por aspectos de su físico que, aunque pasan desapercibidos para los demás, para ellos son los mayores defectos.
En n muchas ocasiones, las personas recurren a procedimientos estéticos con el objetivo de aumentar su autoestima y sentirse satisfechas con su apariencia, pero, ocurre lo contrario al final del proceso. Además, el trastorno dismórfico corporal puede llevar a evitar situaciones sociales, debido a la vergüenza y la ansiedad que provoca.
Síntomas
· Maquillarse o abusar de tratamientos estéticos para tratar de disimular los defectos percibidos.
· Creer que los demás prestan especial atención de manera negativa a la propia apariencia.
· Estar firmemente convencido de poseer un defecto que genera fealdad.
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· Mirarse repetidamente en el espejo, arreglarse o rascarse la piel.
· Comparar constantemente la apariencia con la de los demás.
· Asearse excesivamente.
Tratamientos
· Medicación: Conocidos como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), estos fármacos ayudan a regular la función de la serotonina en el cerebro, lo que puede disminuir la angustia
· Terapia cognitivo-conductual: Ofrece una vía para que las personas puedan reconocer sus creencias limitantes, cuestionarlas o desafiarlas si generan malestar.