Aunque proviene de épocas pre históricas y bíblicas, fue en los últimos años que acrecentó significativamente la moda del tatuaje y piercings en el colectivo mundial. Es cierto que cuando se realiza con un especialista pueden llegar a ser bastante estéticos, pero también es cierto que si se hace sin los cuidados pertinentes puede generar importantes problemas para la salud.
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“Es importante que, como cualquier intervención que daña la piel, la realización de un tatuaje sea un proceso limpio y antiséptico para no transmitir infecciones por virus (HIV, Hepatitis B y C, etcétera) o bacterias”, explica Andrés Politi, dermatólogo y miembro titular de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) al medio Tn.
8 consejos
1. Informarse bien y confirmar que el centro elegido cumpla con las normas adecuadas de salud e higiene.
2. Antes de comenzar a hacerse el tatuaje, pedir una prueba de la tinta en una zona poco visible, sobre todo aquellas personas con enfermedades en la piel o ante determinados colores que pueden provocar alergia.
3. Realizar la prueba de alergia al menos dos semanas antes de hacerse el tatuaje definitivo.
4. Hay varios estudios que advierten que las tintas contienen sustancias tóxicas como arsénico y plomo. Si bien es en pequeñas cantidades, pueden resultar cancerígenas.
5. Cuando se realiza el tatuaje, se produce una ruptura en la piel que puede facilitar que la tinta penetre hasta capas más profundas de la piel. Algunas moléculas de la tinta podrían viajar hasta los ganglios linfáticos y llegar al hígado donde podrían alcanzar a otros órganos del cuerpo y perjudicarlos.
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6. Proteger la zona con vaselina o pomada antibiótica y una venda, apósito o film.
7. Al cabo de unas horas, retirar el vendaje y limpiar la zona suavemente con agua tibia y jabón hipoalergénico o de pH neutro, teniendo especial cuidado en no frotar ni rascar.
8. Secar con cuidado, con pequeños toques y una toalla o paño limpio.