Los cuidados de la salud cardiovascular es un tema que debe ser prioridad en cualquier ser humano, ya que sus efectos negativos si no son controlados a tiempos pueden ser verdaderamente catastróficos. Lo mismo pasa con los niveles de hipertensión, ya que esta afección afecta a muchas personas en todo mundo y genera alto riesgo de fallecimientos a causa de ataque al corazón, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular.
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Para todo tipo de enfermedades y en especial las ya mencionadas, una de las mejores armas para combatirlas es la buena y sana alimentación, pero no solo en los momentos cuando aparece las patologías, si no que se mantenga en todo momento y sea parte del estilo de vida.
Una reciente investigación publicada en Hypertension Research y comandada por la Escuela de Medicina Lewis Katz de la Universidad de Temple, en Filadelfia, Estados Unidos, descubrió que un concentrado de jugo de ciruela japonesa disminuye las chances de desarrollar problemas cardiovasculares.
Beneficios de la ciruela japonesa
“Los medicamentos por sí solos no son suficientes para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular en pacientes con hipertensión. Para ayudar a resolver este problema, nos interesamos en un suplemento que podría disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y comenzamos a investigar los efectos del bainiku-ekisu”, señaló el investigador principal y coautor del estudio Satoru Eguchi, profesor del Centro de Investigación Cardiovascular, centro de Investigación de Trombosis Sol Sherry y centro para la Investigación de Enfermedades Metabólicas en la Facultad de Medicina Lewis Katz de la universidad de Temple.
La ciruela japonesa, también conocida como ume, contiene toxinas, por ello, se procesa en jugos o vino que son seguros para el consumo humano. El concentrado de jugo infundido se denomina bainiku-ekisu y en Japón se utiliza como suplemento con beneficios para la salud desde al menos el siglo XVIII.
Para evaluar los potenciales efectos antihipertensivos de bainiku-ekisu, se empleó un modelo de ratón al que administraron infusiones de angiotensina II para provocar hipertensión y luego, le dieron agua que contenía bainiku-ekisu o agua corriente. Los resultados reflejaron diferencias significativas: los ratones que recibieron bainiku-ekisu no desarrollaron hipertensión y el análisis de su tejido indicó que el jugo concentrado protegió los vasos sanguíneos de los efectos de la angiotensina II.
