Este pasado martes, un vocero del gobierno de Afganistán anunció que el Talibán ha prohibido los salones de belleza para mujeres en ese país. Esta sería la última restricción a los derechos y libertades de las mujeres y niñas afganas, tras los edictos para vetar su educación superior, su presencia en espacios públicos y las apartaron de mayoría de los empleos.
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Mohammad Sidik Akif Mahajar, vocero del Ministerio de Virtud y Vicio, no ofreció más detalles sobre la medida, pero confirmó el contenido de una carta que circulaba por redes sociales.
En la misiva, que tiene fecha del 24 de junio, el ministerio indica que esta es una orden verbal del líder supremo talibán, Hibatullah Akhundzada. La prohibición afecta a la capital, Kabul, y a todas las provincias, dando, sin embargo, a los salones de belleza de todo el país un mes para cesar su actividad. Una vez agotado el plazo, deben cerrar y presentar un informe sobre el cierre.
La carta no ofreció los motivos detrás de la medida, que se hizo pública días después de que Akhundzada afirmó que su gobierno ha dado los pasos necesarios para mejorar la vida de las mujeres en el país.
En entrevista con The Associated Press, una propietaria de un salón de belleza dijo que el negocio era el único sustento de su familia tras la muerte de su esposo en un atentado con coche bomba en 2017.
“Día a día (el Talibán) impone límites a las mujeres”, contó la mujer, que no quiso dar su nombre ni el de su salón por temor a represalias a AP. “¿Por qué solo atacan a las mujeres? ¿No somos humanas? ¿No tenemos derecho a trabajar o a vivir?”.
Los talibanes, pese a haber prometido inicialmente ser un gobierno más moderado que durante su primera etapa en el poder en la década de 1990, han puesto mano dura desde que se hicieron con el control del país en agosto de 2021, coincidiendo con la retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN.
Han prohibido el acceso de las mujeres a espacios públicos como parques y gimnasios, y han reprimido la libertad de prensa, lo que ha generado una intensa reacción internacional, aumentando el aislamiento de la nación en un momento de grave crisis económica, que a su vez ha empeorado la situación humanitaria.