Las personas comemos por necesidad, pero también por placer. El cerebro humano ha evolucionado con dos claros objetivos: la supervivencia y la procreación de la especie.
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Para lograr ambos, utiliza las mismas estructuras y conexiones, tal y como analiza en un artículo publicado en Psychology Today Gary L. Wenk, doctor y profesor de psicología, neurociencia, virología molecular, inmunología y genética médica en la Universidad de Ohio.
Cómo funcionan los antojos en el cerebro
De acuerdo con Gary L. Wenk, los humanos tenemos una necesidad de conexión social cercana (sí, incluso los introvertidos). Esta ansia de intimidad social es tan poderosa y apremiante como el de la alimentación e incluso las drogas.
Así lo respalda un artículo publicado en American Psychological Association, que insiste en que requerimos conexiones sociales para prosperar. Esta investigación concluyó que incluso el mero hecho de recordar experiencias previas con alguien cercano satisface nuestras necesidades de conexión social.
Pues bien, resulta que el anhelo de intimidad social y los antojos de comida comparten el mismo funcionamiento en nuestro cerebro. Estudios de imágenes cerebrales han implicado dos regiones cerebrales como son el cuerpo estriado ventral –encargado del sistema de recompensa– y la corteza prefrontral ventromedial.
Así reaccionamos al ver publicidad de comida
Seguro que has experimentado una sensación de antojo al ver un anuncio de comida. El culpable no es tu paladar, tampoco tu lengua, sino tu cerebro, y eso lo saben bien en el neuromarketing. Cuando sientes hambre, el cuerpo estriado ventral se activa al ver imágenes de alimentos apetitosos. Este mismo mecanismo se ralentiza una vez que has saciado tu hambre.
Así pues, la función del cuerpo estriado ventral es convencernos de que necesitamos ingerir alimento. Por su parte, la corteza prefrontal ventromedial monitorea la experiencia de comer. Esta última es la encargada de decirnos que disfrutamos comiendo la comida.
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En este sentido, se cree que las dos regiones cerebrales están estrechamente vinculadas con la conexión social con otras personas. Sentimientos como la soledad y echar de menos a un ser querido están asociados con una mayor actividad en el cuerpo estriado ventral. En la parte opuesta, una conexión social satisfactoria corresponde a la actividad en la corteza prefrontal ventromedial.
En conclusión: la conexión cerebral que nos manifiesta necesidad de comer y de relacionarnos es la misma; como también es la misma aquella que nos reporta satisfacción tras saciar dichas carencias.
Marcas apuestan por formatos individuales para cumplir antojos
La Pastelería Riesco es un clásico de la zona oriente de Santiago de Chile. Y respondiendo a la necesidad de “antojos dulces” de los clientes, incluso crearon nuevos formatos de sus clásicos productos. Riesco Pastelería se fundó en 1981 y es un actor relevante en la repostería nacional.
Este 2023 retomaron este rumbo con los Postres y Barritas Individuales que buscan cubrir una nueva instancia de consumo; el antojo. “Así los clientes pueden disfrutar de sus clásicos sabores (y otros nuevos) sin la necesidad de estar en un evento social, o compartiendo con alguien más”, explicó Javier Leighton en una entrevista a Revista Velvet.
En esta misma línea, volverán productos antiguos que fueron un must, pero en versiones renovadas: Destaca su Kuchen de Manzana y sus tradicionales Copitas, ideales para algún evento social y quieran ofrecer variedad de sabores de la mejor calidad. Es un mix de 6 copitas con los sabores de Pie de Limón, Suspiro Limeño, Mousse de Chocolate Menta, Tres Leches, Maracuyá y Berries.
También contarán con un nuevo local: la apertura de Luis Pasteur 6288, nuevo espacio que esperan se convierta en la segunda más visitada después de Presidente Riesco 3473, la primera tienda que abrieron en 1983.