Cámara de seguridad capta cuando clientes ponen pelo en su plato para no pagar

Una cámara de seguridad captó cuando un cliente pone un pelo en su plato para no pagar. El hecho fue en Reino Unido.

En una escena que evoca la famosa expresión “Camarero, hay una mosca en mi sopa”, se desencadenó una situación sorprendente en el Reino Unido.

El hecho fue en el pub The Observatory en Blackburn, donde una comensal astuta y tramposa quedó grabada por las cámaras de seguridad, mientras intentaba ejecutar un engaño peculiar: arrancarse su propio cabello y colocarlo de manera estratégica en uno de los platos de la mesa con el fin de que le regresaran el dinero por la comida.

Este inusual incidente, documentado y compartido en la cuenta de TikTok @thesun, revela el momento cuando la mujer conspira con un acompañante antes de ejecutar su plan. Su objetivo era claro: simular que habían encontrado pelo en sus comidas para exigir el reembolso, y lo lograron. Reclamaron por el pelo en el plato, después de haber degustado la comida, así que les regresaron su pago.

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El portal The Sun reseñó que sin embargo, el dueño del establecimiento, Tom Croft, quedó con la intriga, ya que dudaba que su personal hubiera cometido una falla porque cumplen a cabalidad con las normas de higiene en este tipo de negocio.

Evidencia

Para aclarar sus dudas, el hombre revisó las cámaras de seguridad y allí consiguió la respuesta. La artimaña de la pareja quedó captada en video. Se ve claramente cuando traman el fraude y cuando la mujer se arranca cabello y lo echa en el plato. Lo que no se imaginaban es que estaban siendo grabados.

Croft repudió la estafa, no sólo por la pérdida de dinero, sino principalmente por cómo la mala intención de algunas personas puede poner en riesgo la reputación de una empresa y de sus trabajadores.

“Hay personas dispuestas a poner en riesgo la reputación de una empresa y los empleos del personal por una comida de 15,88 dólares”, dijo el dueño del local a The Sun.

El video de la pareja estafadora es viral, generando numerosos comentarios que condenan la falta de honestidad y ética de esta pareja de estafadores de poca monta.

El dueño del establecimiento, Tom Croft, no descartó la posibilidad de emprender acciones legales contra estos individuos. Además, expresó su deseo de alertar a otros restaurantes para que estén atentos ante situaciones similares y eviten ser víctimas de fraudes que puedan comprometer la reputación de sus negocios y afectar a su personal.

Croft enfatizó la importancia de mantener la integridad y ética en la industria, haciendo un llamado a la responsabilidad y honestidad de los clientes.

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