La insatisfacción laboral es un tema que puede tener un impacto significativo tanto en los empleados como en las empresas. Por ello, recientemente salió a la luz la historia de Carmen, trabajadora de una reconocida cafetería, quien utilizó su cuenta de TikTok, @rayomcqueer_, como un medio para expresar sus frustraciones laborales.
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En su video, la joven detalla diversas situaciones que contribuían a su infelicidad en el trabajo, desde el comportamiento de algunos clientes hasta la constante supervisión de sus superiores. También menciona la presencia de un grupo de WhatsApp donde recibía instrucciones, incluso durante sus días libres.
El video rápidamente se volvió viral, acumulando miles de reproducciones y, como era de esperar, llegó a oídos de sus jefes. Este nivel de visibilidad en redes sociales, aunque brindó a la empleada una plataforma para expresar sus quejas, tuvo repercusiones negativas en términos laborales, resultando en su despido.
Carmen, realiza su video dando la noticia de que ha sido despedida, narrando que fue a trabajar como cualquier día, pero su video acerca de sus quejas ya se había vuelto viral. Al llegar a la cafetería, la esperaban los gerentes de recursos humanos para tener una “charla amistosa”. Según ella, utilizaron una cantidad impresionante de palabras rebuscadas y mencionaron que su video no había sido de agrado para la empresa, por lo tanto, debía dejar de trabajar en ese mismo momento.
Actitud positiva y alcance de las redes
A pesar de la pérdida del empleo, la mesera asumió la situación con una actitud positiva, destacando el cambio como algo beneficioso para su salud mental. Sin embargo, hay un giro en la historia cuando se revela que, al momento del despido, se recopilaron pruebas con el objetivo de prevenir cualquier intento de impugnación por parte de la empleada despedida.
La mesera en mención da un fiel ejemplo de cómo el uso de las redes sociales, aunque proporciona una salida para que los empleados expresen sus preocupaciones, también puede tener consecuencias laborales significativas.
El equilibrio entre la libertad de expresión y las implicaciones laborales es un desafío que no muchos jóvenes saben manejar. Por consiguiente, donde las quejas laborales pueden propagarse rápidamente, impactando la reputación de las empresas y, en algunos casos, llevando a decisiones de empleo drásticas.