Las supercomputadoras son máquinas colosales que se encuentran en la cima de la potencia de cálculo. Pero ojo, estas bestias informáticas no son computadoras comunes y corrientes; sino que están diseñadas para abordar problemas complejos que serían imposibles de resolver con computadoras personales o incluso con grupos de computadoras convencionales.
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Y a medida que su potencia y alcance continúen creciendo, estas máquinas seguirán impulsando el progreso en diversos campos y transformando nuestra forma de vivir y trabajar.
En ese escenario, Elon Musk, el magnate de la tecnología, ha revelado sus planes de construir una supercomputadora masiva para impulsar el desarrollo de su empresa de inteligencia artificial, xAI. Según informes del sábado, la ambiciosa máquina, apodada “gigafábrica de computación”, estará equipada con más de 100.000 chips Nvidia y se espera que esté operativa a mediados de 2025.
Musk, personalmente comprometido con la entrega oportuna del proyecto, afirma que la supercomputadora será “al menos cuatro veces más grande que los clústeres GPU (Unidades de Procesamiento Gráfico) más grandes que existen en la actualidad”, como los utilizados por Meta para entrenar sus modelos de IA.
¿La súpercomputadora más grande de la historia?
Esta iniciativa surge en un contexto de intensa competencia en el ámbito de la inteligencia artificial. La irrupción de ChatGPT, la innovadora herramienta de OpenAI, en 2022, ha impulsado la carrera tecnológica entre gigantes como Microsoft, Google y Meta, además de empresas emergentes como Anthropic o Stability AI.
Con su considerable fortuna, Musk se posiciona como uno de los pocos inversionistas con la capacidad financiera para competir con estos grandes actores en el campo de la IA.
xAI, la empresa de Musk, está desarrollando un robot conversacional llamado Grok, capaz de acceder en tiempo real a la plataforma social X (anteriormente Twitter), también propiedad del magnate.
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Cabe destacar que Musk, cofundador de OpenAI en 2015, se retiró de la empresa en 2018 y, en marzo de este año, presentó una demanda contra la misma, alegando que ha incumplido su misión original sin fines de lucro de democratizar la investigación en IA.
La construcción de esta supercomputadora marca un paso importante en las ambiciones de Musk en el terreno de la inteligencia artificial. Queda por ver cómo se utilizará esta poderosa herramienta y qué impacto tendrá en el desarrollo de la IA en el futuro.
