Una investigación liderada por el Doctorado en Educación de la Universidad de Tarapacá, eterminó que las variables motivacionales y emocionales de los estudiantes explican un 43% de la variación en el aburrimiento y un 67% en el disfrute; mientras que combinadas explican en un 73% el compromiso de los jóvenes en el aprendizaje de ciencias.
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En el informe, que fue publicado en la revista Science Education, se analizaron las respuestas a un cuestionario de autoevaluación aplicado a 3.034 alumnos tanto en Chile como en España, todo esto a cargo de la académica Katherine Acosta, de la Universidad de Tarapacá, en conjunto con Pedro Membiela, Miguel Yebra y, Antonio González de la Universidad de Vigo, en España.
A partir de estas cifras, Acosta destacó que a través de esta investigación es posible demostrar la importancia de las variables motivacionales (relevancia del aprendizaje de las ciencias para los objetivos personales, autoeficacia e interés por cursar una carrera científica) como predictores de las emociones (aburrimiento y disfrute en las clases de ciencias) en la enseñanza obligatoria de esta área en la educación secundaria.
En ese sentido, agregó que también se confirma el importante papel de los aspectos motivacionales y emocionales en la predicción del compromiso hacia los estudios de ciencias. Un aspecto interesante es que ambos países muestran respuestas similares.
Se necesita aumentar y potenciar el compromiso de los jóvenes hacia las ciencias
Otro aspecto relevante, según la especialista, es que no se conoce ningún estudio previo que haya utilizado una metodología de modelado de ecuaciones estructurales para estudiar simultáneamente las relaciones entre un conjunto de factores motivacionales y la disposición hacia el aprendizaje de las ciencias en estudiantes de secundaria.
Como conclusión, la docente del Doctorado en Educación de la Universidad de Tarapacá (UTA) comenta que es necesario aumentar y potenciar el compromiso de los jóvenes hacia los estudios científicos.
“Es fundamental reconocer el impacto de las emociones en el aprendizaje de las ciencias. Nuestra investigación lo evidencia, revelando el papel mediador de las emociones en el compromiso con los estudios científicos. Cuando fomentamos el disfrute o la alegría, por ejemplo, los estudiantes presentan niveles más altos de compromiso hacia su aprendizaje y potencialmente estarían más interesados en seguir carreras científicas. Considerando las variables afectivas, no solo mejoramos el rendimiento académico, sino que también fomentamos un entorno de aprendizaje más positivo y enriquecedor. Esta consideración humaniza la enseñanza de las ciencias,” explicó Acosta.