En pleno centro de Santiago -específicamente en el sector de República, a pasos de la Alameda- se encuentra el conjunto habitacional Virgina Opazo, el que se convirtió en el primer barrio patromonial reconocido con el sello Marca Chile, un hito que lo posiciona como embajador de la identidad nacional y de la vida comunitaria chilena.
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Diseñado en 1944 por el arquitecto Luciano Kulczewski y declarado Zona Típica en 1992, este conjunto de 33 casas blancas de estilo neoclásico, conectadas por una calle curva y antejardines compartidos, fue incorporado al programa Made by chileans, una iniciativa de la Fundación Imagen de Chile que promueve productos, servicios y espacios que reflejan lo mejor del país.
“El ingreso de Virginia Opazo al programa Marca Chile es una muestra de cómo la imagen de Chile no solo se construye desde nuestras exportaciones o grandes innovaciones, sino también desde lo cotidiano, desde lo que compartimos como país. Hoy son más de 2.700 los licenciatarios que forman parte de Made By Chileans, y este barrio marca un hito al abrir la puerta a comunidades, instituciones y territorios con valor identitario”, aseguró Víctor Palma, jefe del Programa de Uso de Marca de la Fundación Imagen de Chile.
Palma agregó que la invitación está abierta a más empresas, organizaciones e iniciativas de todo el país, indicando que “creemos firmemente que la imagen de Chile la construimos entre todos. Por eso, si aún no eres parte del programa, puedes postular fácilmente completando el formulario disponible en www.marcachile.cl”.
Un barrio diverso y totalmente “instagrameable”
“Para nosotros es un orgullo ser la primera comunidad reconocida por Marca Chile. Creemos que este sello tiene un valor enorme y lo apreciamos mucho”, destaca Cristian Pérez Inostroza, arquitecto y presidente del grupo de vecinos del conjunto.
A lo anterior añadió que el barrio Virginia Opazo “es diverso, con una fuerte presencia de adultos mayores, jardines infantiles, congregaciones religiosas, oficinas municipales, emprendimientos… hasta un local de tatuajes. Esa mezcla lo hace querible y profundamente representativo de la ciudad real y del país que somos”.
El barrio, además de su valor arquitectónico y patrimonial, es conocido por su activa vida comunitaria. Alicia Castillo, vecina hace más de 45 años, resume la vida en el lugar señalando que “hemos vivido terremotos, nevadas inusuales y muchas celebraciones juntos. Siempre nos reunimos en la plaza del barrio, como en Fiestas Patrias o Navidad. Para mí, vivir aquí ha sido una bendición”.
Gracias a su estética única y su entorno armonioso, Virginia Opazo también se ha ganado un lugar en las redes sociales. Desde campañas publicitarias hasta videos virales, su imagen ha recorrido el país y el mundo como un símbolo de patrimonio vivo, y puede visitarse este fin de semana, durante el Día de los Patrimonios.