En Chile poco a poco se ha ido hablando más de salud mental, sin embargo, todavía hay mucho por hacer, especialmente en ámbitos donde muchas veces no se ve el problema, como la salud mental de las mujeres durante el embarazo y el posparto.
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Al respecto, la psicóloga Daniela Toro, del Centro Clínico del Ánimo y Ansiedad, explicó que el embarazo implica un cambio profundo que no se limita a lo físico. “Desde el embarazo, el cuerpo femenino deja de ser sólo propio para convertirse en el hogar de otro ser humano. Biológicamente, se produce un desborde hormonal que afecta directamente el sistema nervioso central”, dijo.
En ese sentido, investigaciones recientes han indicado que entre el 41,3% y el 44,3% de las mujeres presenta sintomatología ansiosa en este periodo, y entre el 13,9% y el 20,9% desarrolla síntomas de depresión posparto, según el artículo “Salud mental en madres en el período perinatal” publicado por Scielo.
El aumento de hormonas como la oxitocina, el estrógeno, la prolactina y la progesterona puede alterar el sueño, la energía y el estado de ánimo. A estos factores fisiológicos se suman nuevas exigencias tras el parto, como la lactancia, la privación de sueño y el cuidado constante del recién nacido.
“Los riesgos aumentan considerablemente”
“La mujer se enfrenta a la recuperación física y, al mismo tiempo, a nuevas demandas que suelen ser invisibilizadas. Si no cuenta con una red de apoyo emocional, los riesgos de desarrollar trastornos del ánimo aumentan considerablemente”, señaló Toro.
En Chile, casi una de cada diez mujeres que ha sido madre recientemente recibió diagnóstico médico de depresión posparto, según la Encuesta Nacional de Salud, Sexualidad y Género. De ellas, solo un 60% accedió a tratamiento profesional. La cifra refleja una brecha importante en el acceso a atención especializada durante el período posnatal, etapa en que muchas mujeres enfrentan altos niveles de exigencia física y emocional.
La especialista agregó que uno de los factores que agravan esta situación es la presión por cumplir con la imagen idealizada que existe de la maternidad. “Socialmente, se espera que las madres sean pacientes, disponibles y felices todo el tiempo. Esta expectativa genera un sentimiento constante de insuficiencia”, añadió.
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Según la psicóloga Daniela Toro, el contexto cultural y social contribuye a que muchas mujeres no expresen abiertamente sus emociones tras el parto. En las consultas, acostumbra a recibir preguntas como‘¿Es normal lo que siento?’, ‘¿Por qué no me siento feliz todo el tiempo?’. Son preguntas frecuentes que no suelen encontrar lugar para ser escuchadas sin prejuicios”, apuntó.
Daniela Toro subrayó tajamente la importancia de formar redes de apoyo emocional y profesional desde el embarazo. “Es fundamental crear entornos que validen toda la experiencia materna, no solo la parte luminosa. No se trata de romantizar ni dramatizar el proceso, sino de entender su complejidad desde una mirada empática”, puntualizó.