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“El diario íntimo de Mekano”: Los inéditos momentos tras bambalinas del exitoso programa juvenil que narra Patricio Rojas en su primer libro

En 216 páginas, el periodista revela algunos secretos del espacio que jamás se vieron en la pantalla chica.

Libro "El Diario Íntimo de Mekano" de Patricio Rojas
Libro "El Diario Íntimo de Mekano" de Patricio Rojas (Editorial Planeta)

A 18 años del término del programa juvenil más exitoso de Chile, Mekano, el periodista Patricio Rojas, de la Universidad de Playa Ancha, le da vida a El diario íntimo de Mekano, un libro con pasajes inéditos del fenómeno que fue este espacio, que estuvo una década en las pantallas de Mega (1997-2007).

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Sobre esto, el mismo autor conversó de manera exclusiva con Publimetro, hablando de cómo nacen estas páginas, por qué es tan recordado el programa aún, acerca del rol del director del espacio Alex Hernández, entre otras interrogantes.

¿Qué te motivó a escribir el diario íntimo de Mekano y cómo surgió?

“Yo llevo trabajando en LUN 22 años y los primeros años era periodista de espectáculo: me tocó conocer por dentro un poco el programa, porque me tenía como la asignación, como frente, estar ahí pendiente de lo que pasaba en el programa, ir para allí; ahí conocí un poco la dinámica interna. Y siempre me llamó la atención, incluso en esa época, que el programa había sido un programa bien grande, muy importante, se había convertido en un fenómeno, pero a partir de algo pequeño, es decir, con un presupuesto más bien precario, sin muchas ínfulas de éxito, sino que tratando de sobrevivir y hacer un programa entretenido, aún así había logrado convertirse en un fenómeno, un fenómeno en el sentido de que fue algo bien excepcional, que, bueno, a partir del producto que hacían ellos, impusieron un estilo de música, crearon teleseries, crearon personajes televisivos, y además todo eso, muy exitoso”.

“Entonces, esa mirada de conocer por dentro, darme cuenta que era un presupuesto escaso, que habían logrado mucho, me quedo siempre dando vueltas. Después pasan los años y esa idea va tomando forma. Como que después viene una cuestión más personal, de desafiarme a mí mismo profesionalmente, de decir, ¿por qué no escribir esta historia, que a mí siempre me pareció entretenida? Me lancé y lo hice”.

¿Por qué crees que hasta el día de hoy Mekano sigue siendo tan recordado?

“Creo que más que con la tele o con el producto que fue el programa, tiene que ver con algo personal de la gente, de los televidentes o de los viejos televidentes, y que tiene que ver con la nostalgia. La nostalgia es un sentimiento que nos atrapa a todos cuando nos vamos poniendo viejos. Yo no soy de la generación Mekano, yo lo conocí profesionalmente, pero siento nostalgia por la época en la que yo fui más chico. Yo crecí en los 80’, me casé y me desarrollé profesionalmente en los 90’, y como que empecé la vida adulta. Y mi nostalgia va para allá, entonces cuando tú me pones cualquier cosa relacionada con esa época, me encanta”.

“Y yo creo que eso nos pasa a todos, a los que tienen hoy día 40, 30, que son más o menos el público que vio Mekano hace 20 años, también les pasa lo mismo. Entonces yo creo que el recuerdo permanente tiene que ver con eso. Ahora, claro, hay muchos programas de esa época y de otras épocas que pasaron sin pena ni gloria y que nadie se acuerda mucho. Bueno, ahí está la gracia de Mekano, que fue tan grande, tan masivo, su éxito fue tan gigante, que cuando hay nostalgia por esa época, esa nostalgia se asocia al programa. Nos ha pasado a muchas personas, esto lo he conversado con harta gente. No sé si te ha pasado a ti, pero uno va a una fiesta, un matrimonio, se baila en la pista de baile y de repente suena el axé y como que se convierte en otra cosa la fiesta. Y eso yo lo atribuyo un poco a la nostalgia".

¿Cuál fue el rol que cumplió Alex Hernández en la estadía del programa?

“Te diría que es clave, es indivisible Alex Hernández y Mekano. Mekano podría haber existido sin muchas cosas que pasaron: podría haber existido sin el axé, sin Viñuela, sin Karen Paola, por poner en cuestiones bien concretas, pero no podría haber existido sin Hernández. Él es el cerebro, él es el que piensa el programa, el que decide, el que cada vez que ve una oportunidad decide tomarla y desarrollarla. Esa es su importancia, es vital. A uno le puede gustar más o menos lo que él hace, pero él es un director súper solvente en lo que hace".

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“Es tan indivisible Mekano y Alex Hernández que en el momento en que él decide renunciar al programa y al canal, en febrero del 2007, el programa dura seis meses más. Ya no hay vuelta atrás. Y aún cuando se terminó con la promesa de que el programa iba a volver, eso no pasó nunca más”.

¿Hay algún momento que haya sido duro de escribir o de relatar?

“Yo me entretuve mucho escribiendo el libro. Escribir un libro, sobre todo de esta naturaleza que es un trabajo periodístico, una crónica periodística, es súper duro, es súper intenso, hay que dedicarle mucho tiempo y esfuerzo. Dicho eso, sí, yo me entretuve y lo pasé muy bien, por ejemplo, escribiendo la historia de Porto Seguro, la historia de Fabricio, la llegada de Porto Seguro, la vida de Porto Seguro acá, cómo terminan ellos, que terminan con una pelea bien dura ahí en la carretera, a las doce de la noche en la Región de Coquimbo, en fin. Eso me entretuvo mucho, la historia de la revista, de la famosa revista de Fabricio. Creo que eso es muy divertido de hacerlo, de leerlo, yo lo disfruté mucho”.

“En el sentido contrario, hay un capítulo de la historia del programa que me resultó muy difícil, porque es emocionalmente muy potente, que es la muerte de una de sus integrantes, que es Paola Oporto, cuando tenía 21 años. Nadie está preparado para una muerte tan temprana, pero además nadie está preparado en un programa que es pura alegría. Entonces yo sabía que tenía que incluir el capítulo porque el programa no solo fue pachanga, sino que también dolor”.

“Y sabía que tenía que incluirlo y conté con la generosidad de la familia de Paola, que aceptó conversar conmigo, recordar esa época, y fue súper intenso para mí, porque nosotros como periodistas siempre estamos relatando muertes, fallecimientos, tragedias, pero como que vamos y las olvidamos. Y pensamos como que quedan enterradas, tal cual como quedan los cuerpos de las personas, y como que uno se olvida. Entonces yo me encontré con esta familia 17 años después de la muerte de Paola y me pillé un poco desprevenido, porque con esa mirada que tenemos los periodistas, de que en realidad la muerte fue hace tantos años y ahora vamos a recordar algo como casi en frío, me encontré con una familia que lloraba a Paola como si ella hubiese muerto el día anterior”.

“Y eso fue emocionalmente muy intenso. Yo estaba haciendo un libro sobre fiesta, diversión, y decido hacer esto y me encuentro con este relato que fue fuerte. Yo diría que fue una parte que me costó tanto hacer como después escribirla. Porque, ¿cómo tú trasladas al papel algo fuerte, que es potente? Ahí están esas dos partes: la diversión total y lo potente”.

¿Qué aprendizaje te llevas luego de haberle dado vida a este ejemplar?

“A nivel personal, fue un desafío súper entretenido, súper llenador, desafiarse, algo a lo que yo creo que estamos todos llamados en algún minuto de la vida: creer que uno puede hacer algo, aunque sea difícil y largo, y concretarlo, es una cuestión que a uno le llena el espíritu, sobre todo a nosotros que somos más viejos”.

“En términos televisivos, que probablemente el aprendizaje es que difícilmente Mekano pueda repetirse, que la televisión ha cambiado muchísimo, y que Mekano fue finalmente el resultado de muchas casualidades, de un equipo que no pretendió ni ser campeón, ni ser primero, ni tener éxito, y aún así lo logró, gracias esencialmente a un espíritu. Me estaba acordando el otro día de Sampaoli, que hablaba del espíritu de amateurismo, cuando Chile salió campeón de la Copa América. Yo creo que el amateurismo me entendió como no querer ser famoso y ganar plata, sino que hacer lo que a uno le gusta”.

“Yo creo que esa es como la lección más importante de todo esto. Mekano fue hecho por un equipo que estaba entusiasmado con lo que estaba haciendo, lo quería hacer, no quería ganar”.

Invitación del autor a leer el libro

Por último, el periodista hizo un llamado a los lectores a sumergirse en esta lectura que evidencia el “lado b” del programa juvenil más exitoso de la televisión chilena.

“Me gustaría que la gente lo leyera, se entretuviera tanto como me entretuve yo escribiéndolo, y sobre todo porque se cumple la promesa hecha al principio. Este es un libro que cuenta lo que no se vio. Muchas de las cosas que están en el libro son desconocidas. Hay detalles muy entretenidos de episodios cruciales en la vida del programa”.

“Además, cruciales para la vida privada de ellos también, desde cómo esculpían sus cuerpos, que eran cuerpos atléticos, pero que también tenían ayuda, y tantas otras cosas que no son parte de la historia oficial, pero que ahora lo van a descubrir”.

Si deseas adquirir el libro, lo puedes hacer en Planeta de Libros.

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