Totalmente estancado se encontraría el ahorro en la Región Metropolitana, de acuerdo a lo revelado por el sondeo de Corpa Estudios de Mercado, el que indicó que entre julio y agosto de este año el 50% de los hogares de la región declaró no ahorrar o destinar menos del 10% de sus ingresos mensuales a tal fin.
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La cifra es prácticamente igual a la registrada a comienzos del año, y muestra que la capacidad de guardar dinero continúa estancada, reflejando un escenario de estrechez económica que se normaliza.
“Esta estabilidad no significa tranquilidad. Las familias están aprendiendo a vivir con menos margen, y eso no es una buena señal. No vemos mejoras, y el impacto más fuerte se siente en los hogares de clase media y baja”, advierte Pavel Castillo, economista conductual y gerente de Intelligence en Corpa.
El ahorro como privilegio
Según las cifras del estudio -que se aplicó a 2.952 personas entre 18 y 55 años-, un 22% de los encuestados no ahorra nada, mientras un 28% guarda menos del 10% de sus ingresos. En el otro extremo, solo uno de cada diez hogares logra ahorrar más del 50%, proporción que prácticamente no ha variado en los últimos meses.
Las diferencias por nivel socioeconómico son evidentes. En el grupo ABC1, el 36% ahorra menos del 25% de sus ingresos y solo un 9% supera el 50%. En los segmentos C3D, uno de cada cuatro hogares no ahorra nada y tres de cada diez apenas alcanzan a guardar menos del 10%.
“El ahorro refleja las brechas estructurales del ingreso. Las mujeres, por ejemplo, enfrentan más responsabilidades de gasto y menor capacidad de acumulación. No es falta de voluntad, sino límites materiales”, explicó por su parte Mariángeles Cifuentes, directora de Estudios en Corpa.
Por su parte, los jóvenes entre 15 y 30 años son quienes muestran una mayor capacidad de ahorro, donde el 34% aseguró que logra guardar hasta un 25% de sus ingresos. Sin embargo, en los grupos de 31 a 55 años la situación se deteriora de forma notoria, indicando que más de la mitad declaró no ahorrar o hacerlo en niveles mínimos.
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Por género, las diferencias son leves pero consistentes: el 24% de las mujeres no logra ahorrar nada, frente al 21% de los hombres.
La capacidad de ahorro se ha transformado en un termómetro emocional y social. Para muchos hogares metropolitanos, este tema ya no es una meta de bienestar futuro, sino una estrategia de contención ante la incertidumbre.
“Ahorrar hoy en Chile no es planificar el futuro, es sobrevivir al presente. Lo que antes era una reserva, hoy es un colchón cada vez más delgado. Y cuando ese colchón se acaba, cada imprevisto se siente como caída libre”, apuntó Castillo.
