La oscuridad de negro absoluto recientemente creada no proviene solamente del pigmento, sino de una estructura microscópica en el plumaje del riflebird, un ave de paraíso: diminutos filamentos que desvían la luz hacia adentro, impidiendo su reflexión.
Para imitar ese efecto, el equipo del Responsive Apparel Design Lab (RAD Lab) partió de una tela de lana merina blanca.
Primero la tiñeron con polydopamina, un equivalente sintético a la melanina —el pigmento natural responsable del negro profundo en plumas—, asegurándose de que el tinte penetrara en cada fibra.
Luego sometieron la tela a un grabado por plasma, lo que generó nanofibrillas en su superficie: diminutos filamentos que atrapan la luz y bloquean su re-reflexión.

RESULTADOS Y POSIBILIDADES
El resultado es asombroso: una tela capaz de reflejar apenas 0.13 % de la luz —la más oscura jamás informada— y que mantiene su color negro intenso incluso desde ángulos amplios, algo inédito hasta ahora.
Más allá de la moda —una estudiante ya usó el tejido para un vestido negro ultraprofundamente oscuro— esta innovación abre la puerta a aplicaciones en paneles solares, telescopios, superficies de absorción térmica, o incluso ropa con camuflaje térmico.
“Básicamente, la luz rebota entre las fibrillas, en lugar de reflejarse hacia fuera, y eso es lo que crea el efecto ultra negro”, precisa Larissa Shepherd, profesora adjunta del Departamento de Diseño Centrado en las Personas de Cornell University.
Ryan Young/Cornell University
Pájaro
Paul Maury/Cornell Lab of Ornithology

